Siria: entre la espada y Rusia
El dramático deterioro de la situación en Siria luego del derribo de un cazabombardero ruso por parte de Turquía ha sacado a la luz la fragilidad de la situación de esa región...
El dramático deterioro de la situación en Siria luego del derribo de un cazabombardero ruso por parte de Turquía ha sacado a la luz la fragilidad de la situación de esa región, donde una vez más se enfrentan, en un campo de batalla ajeno, el occidente y el imperialismo ruso.
Una táctica llevada a cabo por la escuela de política soviética es morder la mano que te extienden. El despotismo necesita del conflicto y de un enemigo externo que garantice la escalada del nacionalismo como la herramienta infalible de dominio emocional del pueblo.
Las experiencias son incontables, desde el decreto del bloqueo a Berlín Occidental en 1948 hasta el derribo de una de las avionetas de “Hermanos al rescate” provenientes de la Florida por parte de la dictadura cubana, ambos ejemplos ocurrieron justo en el momento en que el mundo comenzaba a mirar extrañado a ambos países y su enfrentamiento a occidente. Siempre que Occidente se acerque al despotismo ruso o sus allegados, éstos le muerden la mano para volver a alejarse. La reacción de Rusia ante el evidente derribo de un avión civil con 220 personas a bordo por parte de los terroristas ha sido de una tibieza impresionante. En lugar de atacar el origen del problema de ISIS que es Bashar El Assad y formar una evidentemente necesaria alianza con Occidente para terminar el problema Sirio, se dedican a bombardear a rebeldes de origen turco, musulmanes moderados, kurdos y si se puede a ISIS.
Obviamente tarde o temprano se iba a suscitar un incidente con Turquía. Sobrevolar (según la versión rusa) a 6 kilómetros del borde fronterizo en una nave supersónica tarde o temprano iba a generar problemas. Y tal como rezaba Putin, sucedió; el derribo del avión le da la oportunidad de justificar su ausencia de la alianza occidental, seguir apoyando a Assad y pelearse con medio mundo para mantener intacto el nacionalismo y la nostalgia de la extinta URSS.
Las mordidas de mano no paran, justo cuatro días antes de una cumbre de medio ambiente donde el presidente turco Tayyip Erdogan (otro que bien canta, por cierto) había dicho tener esperanzas de juntarse con Putin y arreglar de buena fe el problema, Putin publica sanciones económicas altamente punitivas contra Turquía, incluyendo la prohibición de vuelos charters y la eliminación de la venta de paquetes turísticos. En resumen, no hay manera de suavizar el conflicto con una persona si cuando uno va a extenderle la mano te lanza un golpe. La villanía y la frialdad de Putin un descaro total y sólo contribuye a extender el sufrimiento del pueblo sirio: La zona va avanzando a pasos agigantados hacia un conflicto de dimensiones mundiales. El martes por primera vez en mi vida, temí en serio el inicio de la mentada III Guerra Mundial.