Socializar la cultura
Lo que comenzó con buenas intenciones nunca se llevó a la práctica.
En la pasada administración estatal, uno de los aciertos de Renán Guillermo González, ex director del Instituto de Cultura de Yucatán (hoy Sedeculta), fue conformar por primera vez un Consejo Técnico Consultivo, cuya función sería guiar a la institución mediante el criterio de sus integrantes, ciudadanos parte de las disciplinas artísticas que se realizan en Yucatán.
El decreto 461 para la creación del ICY data del año 1989, y en el art. 27, inciso XV, se faculta al consejo directivo de dicha institución a: “Nombrar a los integrantes del Consejo Técnico Consultivo, para que asesore al Instituto en sus planes y programas en términos de esta ley”, y no fue sino hasta el 6 de diciembre del 2008 que dicho inciso se convirtió en una realidad.
Lo que comenzó con buenas intenciones nunca se llevó a la práctica, ya que más allá del nombramiento honorario para los integrantes de dicho consejo, éste sólo sesionó en 3 ocasiones, con nulos resultados bajo la dirección de su presidente, Mario Esquivel Ríos.
Esto lo traigo a colación, ya que el pasado 1 de marzo del 2013, sesionó la Subcomisión de Cultura del Consejo Estatal de Planeación de Yucatán, presidida por el titular de la Sedeculta, Dr. Raúl Vela Sosa, con el objetivo de recabar las diversas propuestas emanadas de la ciudadanía y delinear una política cultural adecuada.
Lo anterior es loable, no obstante resulta notorio el tortuguismo por parte del gobierno y de su actual secretario de Cultura, que, teniendo estos antecedentes de por medio, omitieron invitar y ratificar al Consejo Técnico Consultivo antes mencionado, que tardó casi 20 años en conformarse, tan sólo para que 4 años después fuera ignorado.
Funcionarios van y vienen conforme las administraciones cambian, pero para algo existen las leyes, y tal como lo señala la Ley de la Preservación y Promoción de la Cultura en Yucatán (5/Agos/05) en su artículo 72:
“El Ejecutivo del Estado creará un Consejo Consultivo de Cultura el cual funcionará con el carácter de órgano colegiado y honorario de colaboración, orientación y consulta, que coadyuvará en la planeación, desarrollo y gestión de la política cultural de la entidad”, este consejo ya conformado por destacados ciudadanos debe reintegrarse a su función original de manera activa; esto es: socializar la cultura para que sea de todos sin dejar a nadie fuera.