Los procesos de deterioro de la calidad de nuestro entorno determinan la urgente necesidad de cambiar integralmente el rumbo de nuestro desarrollo. 

El primer paso que debe dar una comunidad en el camino hacia su sostenibilidad, es decir, la viabilidad de su futuro ambiental, es asumir su compromiso para trabajar en la búsqueda de soluciones viables a los problemas del medio ambiente de su ciudad o municipio, encabezando todos juntos los cambios necesarios para construir una cultura de comportamientos ambientales que debe ser asumida por todos. 

Este proceso de cambios en nuestra relación con el medio ambiente debe ser compartido y asumido por todos: ciudadanos, empresas, autoridades, medios de comunicación, etc., fomentando los compromisos sociales, el civismo, la ética y los comportamientos respetuosos con nuestro entorno.

Para que esto ocurra es necesario asumir el compromiso de todos hacia la gestión integral y eficaz de los procesos de desarrollo económico y social, los cuales deben incluir la transversalidad de la perspectiva de mejora continua del medio ambiente, es decir, que esta mejora tiene que jugar un papel determinante en la adopción de proyectos y acciones encaminados al desarrollo sostenible del entorno urbano.  

Hay que tener perfectamente claro que el medio ambiente tiene límites en los procesos de cambio a los que lo sometemos, es decir, que si rebasamos estos límites encaminaremos a nuestro entorno a su deterioro irreversible, perdiendo su equilibrio y avanzando progresivamente hacia su degradación; en este contexto hay que entender que no debemos permitir los usos excesivos de los recursos ambientales, porque su existencia y su equilibrio son indispensables para asegurar el bienestar del ser humano; nuestro marco de referencia debe ser la conservación y mejora continua de un medio ambiente que proporcione los recursos que permita su capacidad, y provea servicios adicionales como un mejor entorno, con mejor clima, mejor aire y menos enfermedades.

Pero para alcanzar esta sostenibilidad es necesario convertirnos en una sociedad más justa, mejor cohesionada, en la que todos tengamos una distribución equitativa de bienes, servicios y oportunidades. Sólo así habrá sostenibilidad.