Soñando en la CAPA

El nuevo titular de la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado (CAPA), el perredista Gerardo Mora Vallejo...

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El nuevo titular de la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado (CAPA), el perredista Gerardo Mora Vallejo, ha firmado con la lengua comprometedoras declaraciones de sus planes de trabajo al frente en el desangrado organismo, comprometiéndose a mejorar el servicio para los municipios que aún están bajo control de la dependencia y a surtir agua potable de a de veras, es decir, apta para el consumo humano.

Por supuesto que esas metas al hacerlas públicas arrancan el aplauso de los ciudadanos, cansados de recibir un servicio de pésima calidad y de tener que pagar, además de los altos recibos de la CAPA, una cantidad adicional en la compra de agua purificada para consumir, pero la meta suena como una utopía inalcanzable, sobre todo en las condiciones en las que se encuentra la dependencia.

Porque el mismo Mora Vallejo reconoció que la CAPA arrastra deudas por mil 080 millones de pesos, una lápida financiera similar a la que arrastran los municipios de Othón P. Blanco y Cozumel, para fines de comparación.

Por otra parte, la infraestructura de la red de tuberías de la Comisión está para llorar, con rezagos en la renovación de líneas, y ni siquiera se ha concluido con la sustitución de la línea principal para Chetumal, obra que luce en el abandono sobre la avenida Insurgentes de nuestra capital.

Para cumplir con lo prometido, la CAPA tendría que renovar gran parte de sus líneas de conducción del líquido que se encuentran saturadas de sarro y suciedad, remodelar sus procesos de tratamiento de aguas y perforar nuevos pozos, lo que costaría una multimillonaria cantidad de pesos con los que no cuenta la comisión ni el gobierno del estado.

Mora Vallejo debe estar consciente de que recibió una dependencia en estado crítico, casi moribunda, mientras el bendecido Aguakán ni se aflige por la intentona de revocación de su concesión, porque hay muchas trabas económicas para que los municipios procedan en su contra.

Al borde del abismo las ambiciosas metas del nuevo titular suenan como pura demagogia, porque antes de prometer debe enfocarse en meter orden en las finanzas del organismo paraestatal, atender las casi mil fugas que reconoció que existen, mejorando el suministro, que en algunas colonias tiene una intermitencia hasta de días.

Gerardo Mora debe ser realista, dejando por la paz sus sueños que se cortan con el amargo despertar. Y entonces se impone la desilusión generalizada.

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