Un poeta, para mí, es quien disfruta oyendo, diciendo, leyendo o escribiendo poesía. Creo que no hay poetas buenos o malos.
Sólo hay poetas conocidos y no conocidos. Sé que la diferencia es de manera importante: el recurso económico para imprimir y distribuir, las relaciones y la suerte para ser promovido y llevado hasta el éxito. La calidad… es subjetiva, porque depende de los gustos de los editores y las condiciones económicas que se acuerden. La mercantilización del talento… QUE TRISTEZA.

Llegué a Yucatán, mi amada tierra, con 2 libros de poesía publicados y agotados en el D.F. y Morelos, pensando causarles una grata sorpresa por lo que había logrado, y sí, me acogieron con calidez, pero la gran sorpresa fue para mí, pues en la primera invitación que me hicieron para presentarles mis poesías,  ya pasada la medianoche y la mitad del contenido de las botellas, cada quién fue sacando sus materiales poéticos personales y… QUE SORPRESA….

Esa  noche me di cuenta del talento del yucateco, cosa que ya sabía porque es un secreto a voces, pero esa noche lo viví en carne propia. Lo menos bueno que se escuchó fueron mis poesías.

Comprendo que tengo que hacer algo al respecto, y lo primero, es insistir en que las personas escriban y, si es posible, publiquen.

Hay tanto talento en Yucatán en las diferentes manifestaciones, que sólo puede ser considerado especial, un adelantado, el que logra salir y dejarse descubrir fuera de nuestra tierra yucateca.

Aquí, como dice el dicho, “el artista, tiene  que pagar para que lo alquilen”… no es ninguna novedad. “Nadie es profeta en su tierra”, la Biblia tiene razón.

Requerimos que se dé a conocer el talento de los yucatecos en otras fronteras.

Si usted lo desea, escriba, escriba, que no lo detengan ni siquiera las reglas ortográficas, los diccionarios están plagados de errores y muchos grandes, reconocidos poetas, no eran académicos.