Una subespecie de yucateco

El homo yucatequs doble moralis tiene una sed de venganza innata, no duda en ningún momento en linchar, mediáticamente hablando, a todo aquel ciudadano o ciudadana que parezca culpable de un delito.

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Si dividiéramos al yucateco en diferentes subespecies, muy probablemente la que lograría la mayoría residiría en aquella cuyo nombre científico sería algo así como homo yucatequs doble moralis, y es ciertamente único por su gran capacidad de ejercer una doble norma; es decir, los yucatecos que pertenecen a esta subespecie tienen una cualidad extraordinaria para justificar o descalificar una misma situación, en donde la única variable cambiante puede ser el sexo de la persona, el estatus socioeconómico, su identidad sexual o simplemente la forma en que ha decidido dirigir su vida.

Esta subespecie de yucatequs tiene una sed de venganza innata, no duda en ningún momento en linchar, mediáticamente hablando, a todo aquel ciudadano o ciudadana que parezca culpable de un delito; esta subespecie celebra que cualquier culpable sea exhibido y denostado públicamente, se alegra cuando se conocen los pormenores de su vida privada, desde su nombre, hasta el lugar donde labora, vive y hasta su número particular.

El yucatequs doble moralis prefiere descalificar, embestir y disminuir a aquel que parece o es culpable del delito, como en un circo se enardece y aplaude a cualquiera que esté en el medio; en vez de observar la situación con visión panorámica, prefiere castigar a una sola persona con el rechazo social; en vez de cuestionarse si la autoridad pudo evitar lo que ahora se ha convertido en un problema social, prefiere tomar un rol justiciero “a modo”, aunque este rol se imponga sobre la legalidad, la cultura cívica y, lo más importante, sobre todos los derechos humanos de la persona.

El pasado fin de semana una noticia conmocionó a gran parte de Mérida; me refiero al sensible fallecimiento de un joven en uno de los puentes de Periférico y todo lo que ha girado en torno al tema. Fue en las primeras horas del sábado cuando surge la noticia que activa a nuestra subespecie de yucatecos, hablaban de la irresponsabilidad de los conductores de motocicleta; muchas personas se subieron a su pedestal más alto para juzgar, acusar y reclamar acciones y actitudes de algunos motociclistas.

Pasada la mañana cambió la versión y se dio a conocer que una joven en estado de ebriedad que entró en sentido contrario en el Periférico fue la causante del accidente, por lo que la ira y el descontrol ahora se dirigieron hacia la joven conductora; sin embargo, el cuestionamiento principal en redes sociales y en la vox populi no era su evidente estado de ebriedad, sino el hecho de que era mujer; así es, la mayoría de los yucatequs doble moralis también son machistas, y sobre este pedestal lanzaban acusaciones y aseguraban que el accidente ocurrió porque la que estaba al volante era una mujer, aun cuando estadísticamente la mayoría de los accidentes ocurridos bajo el efecto del alcohol es causada por hombres.

En definitiva la joven cometió varios errores y deberá cubrir lo tipificado en la ley, pero como sociedad no podemos aplicar un doble castigo; hagamos a un lado los insultos y descalificaciones y mejor construyamos una cultura cívica respetable.

Lo más leído

skeleton





skeleton