Si lo primero que escuchas es un “¡Téibol sí, privado no! (la nueva democrática propuesta del Gobierno del DF para que la chilanguiza deje de caer en la tentación de las concertacesiones en lo oscurito, no les vaya a agarrar la mano el chango), quieras que no, te imaginas la serie de desmanes que hoy se han desatado en el PRD, producto de la urgente necesidad de sus líderes del Instituto Chuchístico de Verano por declararse víctimas triunfantes de uncompló interinstitucional contra su legítimo derecho a convertir candidatos en funcionarios sin responsabilizarse de sus actos.

El chiste es ganar elecciones, no andar redimiendo almas perdidas.

Y por eso y muchas cosas más, en el PRD chuchista se pusieron cavernicolitas y comenzó la repartición de culpas como si fuera homenaje a Celia Cruz; la cosa se puede resumir más o menos así:  Songo Barbosa le dio a Borondongo Ortega, Borondongo le dio a Bernabé Ríos Piter y Bernabé le pegó a Muchilanga Navarrete, que le echó a Burundanga Zambrabrano.

Lo tierno es que don Chiflano Aureoles, ante tan beatífico espectáculo de perreo reguetonero, afirme que no se trata de trata sino de “canibalismo político”.

Ya está como el secretario Videgaray que ante una serie de cifras extraídas por el Imco, afirmó con no poca temeridad que “la economía informal va a la baja”. Hay que darse unos baños de pueblo, aunque sea estilo vaquero.

La paranoia y los delirios de persecución están tan fuertes en elPerderé, que cuando se supo la noticia de que habían asegurado un león en Iztapalapa, Acosta Naranjo de inmediato preguntó si el cuadrúpedo era Abarca, Berumen, Chucho o Bejarano.

Al final, el que se va a quedar con los escombros del apocalipshitperredista, que está dejando al partido como los anarcos dejaron el Metrobús y la Estación Ciudad Universitaria (para probar si de veras son bien machos, los anarcos a la ambigua deberían de irse a probar al eje Ayotzinapa-Tlatlaya), no serán los bejaranos descalzos, sino Juanito. Al tiempo.