Televisión de Estado

Madero desde la oposición ha hecho en 75 días mucho más por el programa del PAN que lo que Felipe Calderón hizo en seis años de gobierno.

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Desde que llegó a la Presidencia Enrique Peña Nieto, Gustavo Madero ha adquirido, por primera vez, condición de dirigente del PAN. El presidente Calderón, igual que a Josefina Vázquez Mota, le regateó su apoyo a grado tal que en la campaña Madero se asemejaba a un alma en pena.

Su situación cambió con el Pacto por México, y por esta razón los remanentes del calderonismo son quienes más han rechazado los acuerdos y han hecho sentir la falsa tesis de que Madero ha puesto al PAN al servicio del gobierno. El hecho es que Madero desde la oposición ha hecho en 75 días mucho más por el programa del PAN que lo que Felipe Calderón hizo en seis años de gobierno.

En su condición de presidente del consejo rector del Pacto por México, Madero ha señalado que las cuatro reformas prioritarias para este periodo se sesiones son la de la Ley de Amparo (ya aprobada por los diputados), la del fuero, la de la deuda de los estados y la de telecomunicaciones.

De acuerdo con El Universal se crearían “dos nuevas cadenas de televisión abierta y un tercera, que será gubernamental y operada por el Estado”, que más bien se debiera decir que será del Estado y operada por el gobierno. Se crearía, también, un nuevo órgano regulador de competencia por encima de la Cofetel.

La realidad es que urge una mejor televisión abierta; esto no quiere decir que la apertura por sí misma mejorará calidad, puede ser lo contrario. Aunque faltan espacios de debate e investigación periodística, la barra noticiosa existente es aceptable y se ha enriquecido con la televisión restringida, destacadamente MILENIO Tv, bajo la dirección de Ciro Gómez Leyva, y UNO Tv.

La idea de una televisora de Estado es un proyecto viejo que ha probado resultados magros. No está mal si de lo que se trata es integrar lo que ya existe, incluyendo una ventanilla para el Poder Judicial Federal, el Congreso, los órganos autónomos y una barra bloqueada al servicio de los estados y el DF.

Pero si es el caso de reproducir proyectos de televisión pública exitosos como la BBC, TVE o PBS, requeriría asegurar una inversión mayúscula y una autonomía equivalentes para lograr resultados semejantes. 

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