Sin lugar a dudas, los desencuentros cupulares del Partido Acción Nacional (PAN) a nivel nacional tendrán repercusiones muy negativas para el blanquiazul en nuestro estado, el cual enfrenta sólo, y sin coalición, el presente proceso electoral. 

La destitución de Ernesto Cordero Arroyo de la coordinación de la bancada panista en el Senado de la República, ordenada por el presidente nacional del PAN, Gustavo Madero, llegó en muy mal momento.

Tal y como señaló atinadamente Cordero, “su relevo fue inoportuno cuando están en marcha procesos electorales”, y dijo que el hecho de que el jefe nacional de su partido “meta ruido” puede traducirse en resultados adversos.

La polémica destitución vino a evidenciar la existencia de grupos al interior del PAN, similares a las tribus perredistas, y a aunque la ruptura en el PAN no se compara con la franca enemistad que existe al interior del PRD, ambos partidos van por el mismo camino del descalabro.

Esta crisis de identidad denunciada por el ex secretario de Hacienda federal, es muy similar a la que en estos momentos atraviesa el PAN en Quintana Roo, con fracturas a escala local con ex militantes como Maribel Villegas Canché y Eduardo Galaviz, por mencionar algunos.

La primera buscó refugio en el PRD y Galaviz es ahora candidato independiente a la diputación por el Distrito IX, y quien, por cierto en su oportunidad dijo que el PAN, el que le dio cabida por muchos años, no era más que “una tribu más del PRD”.

En lo que concierne las elecciones para los ayuntamientos el partido azul tendría alguna posibilidad de ganar en Isla Mujeres, para quedar de nueva cuenta en manos de Alicia Ricalde, puesto que ahora está más preparada y ha sabido preparar el terreno para que el voto le favorezca.

Recordemos que Alicia es diputada federal plurinominal con licencia, ya que prefirió participar en esta batalla a nivel isleño una vez que su hija Atenea Gómez dejó de ser opción.

Para el caso de las diputaciones por representación proporcional, el PAN está compensando a María Trinidad Argüelles con el segundo lugar en la lista de sus pluris, sólo debajo de Sergio Bolio Rosado, por haber mantenido al borde de la ilegalidad su rebeldía en Lázaro Cárdenas, donde fue presidenta municipal.

No se puede dejar pasar desapercibido el contraste que existe entre la oposición y el priísmo a nivel federal y estatal, el cual a todas luces ha demostrado civilidad política y hoy más que nunca llega demostrando su unidad en este proceso electoral local ordinario.

¡Qué bonita familia!

Por si quedaba alguna duda de que algunos de los denominados partidos chiquitos son negocios familiares, con la designación de miembros de la familia Sánchez Sáliva como candidatos del Partido del Trabajo en esta contienda electoral han quedado disipadas. 

El propio Gregorio Sánchez Martínez es candidato a legislador por el Distrito XI y ocupa, junto con su esposa Niurka Sáliva Benítez, los tres primeros lugares de la lista de candidatos del PT a diputados plurinominales. 

La hija del primer matrimonio de Greg, Karina Alfaro, es candidata a diputada suplente por una diputación local; su sobrino, Antonio Sánchez Ruiz, también contenderá como suplente; también el yerno de Greg, el diputado con licencia Alejandro Luna Ramos, es quien encabeza la planilla petista a la alcaldía de Benito Juárez. 

Al PT le hará bien contar con una familia pudiente entre sus filas de candidatos, para garantizar de esa manera una buena circulación de recursos económicos, necesarios para difundir su imagen, no obstante que algunos dicen que es el PT, quien se está aprovechando de la familia de Greg Sánchez.

Por increíble que parezca, el dirigente estatal del PT, Hernán Villatoro Barrios, dice que no se trata de una acción de nepotismo, pero aunque los estatutos de este partido lo permitan, ¿En dónde está la calidad moral de esta familia de candidatos?