De acuerdo con el discurso judeocristiano, una de las primeras atribuciones del ser humano fue la de nombrar. Cada uno de los idiomas es al fin de cuentas el instrumento a través del cual nombramos todo aquello que nos rodea, incluyéndonos a nosotros mismos.

Los títulos son en realidad el nombre de los libros, a partir de ellos identificamos una obra artística o científica, pudiendo éstos incluso remitirnos a su autor. En este sentido, los títulos pueden ser muy específicos o ambiciosamente metafóricos, llegando algunos a constituirse como verdaderos neologismos.

Riña de gatos es el título de una de las novelas del escritor español Eduardo Mendoza, obra escrita en el año 2010, y ganadora del Premio Planeta en dicho año. La novela lleva también un subtítulo, Madrid 1936, el cual ubica la temática espacio temporal a la que alude el coloquialismo y simbolismo del título.

A los nacidos o avecindados en Madrid se les denomina coloquialmente con la palabra “gatos”; esta costumbre tiene diferentes versiones acerca de su origen o de su razón de ser. Algunos remontan el vocablo a la época de la reconquista cristiana de los territorios dominados por la cultura árabe, cuando un soldado castellano logró subir una de las murallas musulmanas, identificando este hecho con la habilidad de un gato.

Otros más refieren que su significado está vinculado a la intensa vida nocturna de la ciudad de Madrid, en la que sus habitantes recorren y aventuran sus calles al modo gatuno. Hay quienes mencionan que la palabra está relacionada con una invasión de ratas habida en la ciudad, y de cuyo exterminio se encargaron estos animalitos.

La palabra riña tiene una gran cantidad de vocablos sinónimos, todos ellos girando en torno a las ideas de una discusión o de una pelea sostenida por personas que pueden considerarse enemistadas entre sí.

Si unimos el título y el subtítulo de la novela a la que hago referencia, podemos entonces intuir su trama ¿verdad?