Todo es culpa de Tláloc
La Tuta tendría que asesorarse con verdaderos profesionales del documental, como García Luna Productions, para impedir que su magna obra de denuncia.
Bien lo moneó el gran Óscar Quesada, Tacho, en su cartón de ayer en MILENIO: según el Grupo México, ahora todo es culpa de Tláloc que, a través de su fanatismo por el huracán Odila, ha diseminado todos los males de la patria por las vías de la sobredosis de humedad. Incluso el padrote Padrés asegura que el dios de la lluvia se cebó de tal manera sobre Sonora, tierra consentida de dicha y placer, que llegó al grado de darle en la torre a la pequeña presita que tenía en el patio de su rancho que, como es particular, se moja como todos lo demás.
Es muy probable que la iniciativa preferente de Peña Nieto llamada Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes fuera sometida a una cirugía mayor en el Senado (la han cambiado en un 80%), no porque fuera una mala copia de las normas del Injuve de los 70, sino debido a que al momento de su redacción cayeron varias trombas que impidieron darle una actualizadita para que no estuviera tan inspirada en los didácticos métodos de Mamá Rosa.
Como sea, también se escuchó el rumor de que debido a los dolores de reumas que le ha generado esta temporada pluvial, a Servando Gómez, La Tuta, de puro malestar ha comenzado a sacar videos de su colección de voyeur de la real politik. Esta vez con imágenes con camaradas del gremio periodístico recibiendo órdenes, chayos y lecciones de moral republicana. No puede ser, sobre todo cuando sabemos que esas prácticas se acabaron desde los tiempos de Manuel Buendía.
Digo, si se va a dedicar al video verité, La Tuta tendría que asesorarse con verdaderos profesionales del documental, como García Luna Productions, para impedir que su magna obra de denuncia, sin duda inspirada en ese gran videoasta que es Carlitos Ahumada, desemboque en productos más profesionales. O sea, que los personajes estén afocados, con buena iluminación, perspectivas tarantinescas, y un sonido que no nos haga pensar que estamos viendo una película porno doblada en un chiringuito de Tarragona, serían indispensables.
Todos los que han pasado por Instagram y Vimeo de La Tuta alegan que fueron llevados a empellones, lo cual es una grosería para el productor del reality show que los ha hecho famosos. Deberían de decir como los de ICA: “Somos unos suertudos”. Algo que también puede decir el líder sindical de la CFE, Víctor Fuentes del Villar, que hacer ver a su homólogo, Robero Deschamps, como gente sencilla del campo. Pero ya se sabe, todo es culpa de Tláloc.