Estaba como el Santos, muy preocupado por los chantajes de PRI, PAN y PRD en su admonitoria y cada vez más aburrida discusión sobre unas reformas que seguramente al final no van a beneficiar al pueblo más que un gol de Chicharito, cuando comenzó a correr el audio que ha convertido a la legisladora perredista Purificación Carpinteyro de guerrera en batallas contra El Osito Téllez y el duopolio en materia de telecomunicación, en un peligro para México.

El linchamiento fue de tales dimensiones que parecía que un montón de émulos del delantero uruguayo Luis Jaws Suárez andaban dando tarascadas. Si supiera el jugador que junto a los mordelones uniformados que andan sueltos por la patria él no es nadie. Y más con el nuevo Hoy No Circula. 

Por eso el árbitro mexicano, Chiquimarco, no marcó la falta que tanto le reclaman los italianos que jugaron del nabo, porque más mordidas da el hambre. Claro, menos de las de Oceanografía a Pemex y Banamex. Pero lo más interesante del fenómeno no solo es que nadie haya salido a defender a Carpinteyro (de Los Chuchos, Aureoles y Barbosas ya vimos que se escondieron tras la vitrola), sino que los mismos compatriotones que se han cansado de abogar por personajes como el subjefe Diego y Pedro Joaquín Coldwell que en materia de conflicto de intereses podrían dar cátedra, son los que más la han linchado.

Claro, si ella no se empeñara en repetir que en su comportamiento reflejado en la llamada telefónica no ve ningún conflicto de intereses, quizá podría ayudarse. 

Ojalá que en ese merequetengue los señalamientos, críticas y advertencias sobre los poderes fácticos nomás no le caiga la maldición del alzheimer selectivo.

Digo, menos se va a ganar algún tipo de solidaridad si continúa exigiendo que aquellos que estén involucrados o tengan algún tipo conflicto de interés renuncien, como ella, al debate en telecomunicaciones. No, pues no va a quedar ni quien tome la minuta.

Yo, por lo pronto y con mayor razón, siempre saludaré con afecto y cariño a las orejas de Gobernación, igual que a los amables aficionados que graban y filtran conversaciones. Por lo pronto ya les dejé de regalo un tono de llamada como para porteros croatas.  

Ni modo, mi Puri, ahora hasta si pierde la selección te van a echar la culpa.

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