¡Tomás Boy para góber de Guerrero!
Con bajos niveles de tolerancia y altos de testosterona, como soldado en Tlatlaya, Boy llega a protagonizar a lo largo de cada torneo una buena cantidad de escándalos a gritos, mentadas y trompadas.
Su leyenda lo precede. Irritable como Lucerito, tan iracundo que es raro que una tormenta tropical aún no lleve su nombre, osco cual Pitufo Gruñón, respondón en el estilo desmadejado y atorrante de #LadydePolanco, por donde camina Tomás Boy, el Atila del futbol nacional hoy asentado en el Atlas, no crece la hierba.
Educado seguramente como Pancho López, para don Tomás no hay niño bueno, hombre santo ni mujer decente. Con bajos niveles de tolerancia y altos de testosterona, como soldado en Tlatlaya, Boy llega a protagonizar a lo largo de cada torneo una buena cantidad de escándalos a gritos, mentadas y trompadas.
Así, con ese empaque rudo, rudo, rudísimo, que hace ver a El Tuca Ferreti —ejemplo inevitable de la tribu regañona— a la manera del afable Señor Vitalis, Tomás Boy tendría que ser invitado a pasarse a las grandes ligas y convertirse en el sustituto de Ángel Heladio Aguirre Rivero, que de todas maneras, auspiciado por Chuchos, chulos y chundos, ni picha ni cacha ni deja batear en el gobierno de Guerrero.
No cabría la menor duda que ante la llegada de alguien con verdadera mano dura, intolerante a los latosos, las organizaciones criminales de la Tierra Caliente comenzarían a recular con sus narcomantas. Bueno, con ese carácter diabólico del roñoso Mr. Boy hasta las autoridades federales que se la pasan en promesas de campaña y en enérgicas condenas, ahora sí darían con el paradero de los normalistas desaparecidos.
Y es que están como Carstens, que después de sesudas reflexiones apenas dedujo algo que Videgaray todavía no colige: que la inseguridad torpedea las finanzas de la patria.
Como sea, no me imagino a Boy, que se distingue por su bonhomía y buen humor, aguantando mensajitos de feisbu de Navarrete que deben ser más cursis que su bigote; o acá instalado en la resiliencia inútil atormentado por el melodrama ranchero del gobierno federal que se la pasa dando de brincos estando el piso tan parejo de narcofosas; o escuchando la retahíla de excrecencias culpígenas que se han desatado entre funcionarios, políticos y empresarios guerrerenses que ya negaron más de tres veces a Joe The Killer Abarca, como si no hubieran al menos intuido que había algo podrido en la comarca terrocalentana.
Ya si funciona la cosa, pueden pasar a Boy a la hermana república de Michoacán, donde bajita la tenaza Los Templarios siguen reinando y las autodefensas hacen agua. Además lo repalda una institución muy poderosa e impune: la Femexfut.