Como morador de este rincón peninsular he visto con agrado y orgullo cómo Yucatán, de forma segura, va logrando objetivos que nos distinguen. Me refiero a los alcances cuando de economía y empleo hablamos.

No es cosa menor lograr en tres años y medio 48,351 empleos, sustentado lo dictado con datos del IMSS. Nos referimos a empleos formales, que impactan directamente en la familia de estos trabajadores, pudiendo aseverar que, con dichos logros, se cumplen de entrada los primeros dos escalones de la pirámide de Maslow.

¡Sí!, me refiero al psicólogo que introdujo el concepto de la Pirámide de Maslow en su artículo “A Theory of Human Motivation” en 1943. Maslow estaba más preocupado en aprender sobre qué hace a la gente más feliz y lo que se puede hacer para mejorar el desarrollo personal y la autorrealización que  conllevará a alcanzar la cima de la autoestima.

Allende estos loables logros, como médico, me veo obligado  a realizar algunas reflexiones y así poder aseverar que  garantizamos  realmente el derecho a la seguridad integral del empleado, a través de los servicios de atención sanitaria.

Si bien la institución más sólida y estratégicamente cimentada es el Instituto Mexicano del Seguro Social, mi primer cuestionamiento sería sobre si tiene la infraestructura para responder a las necesidades de esos casi 50 mil empleados, a quienes les corresponde su atención y la de su familia.

Para lograrlo se requieren más espacios físicos,  mayor número de médicos,  amén de todo el personal que rodea a estos galenos: enfermería, asistentes, trabajadoras sociales, servicios generales, conservación, administrativos, por no dejar de citar.

Luego entonces, para que este recurso humano alcance la excelencia necesita renovación del equipamiento e insumos terapéuticos suficientes y específicos que los armen para luchar en época de crisis por aquellos que depositan no sólo la confianza, sino la vida, en cada integrante del coloso.

Para concluir, cuando hablo, lo hago con conocimiento de causa y soy testigo de que el gremio de servidores públicos trabajan “hasta que duele” con el afán de alcanzar su objetivo. Largos trámites e innumerables gestiones se realizan para obtener recursos y achicar deficiencias. Por todos aquellos que creen en este IMSS, va por delante la vida. Por esto y más, se requiere que el crecimiento económico y laboral obtenido se apuntale con planeación integral  de la  seguridad social igualitaria. Leguen a la generación que nos pisa los talones ejemplo de lucha sin cuartel contra la adversidad.