Desde hace un par de semanas viene creciendo en México y el mundo un movimiento que invita a los usuarios de las redes sociales a detectar noticias o “post” falsos y evidenciarlos en las mismas plataformas, con el fin de que las personas no caigan en el engaño, alarmas falsas o fraudes.

El servicio a la comunidad, impulsado por diversos medios y comunicadores, pretende combatir de frente la creciente desinformación que está generando el creciente uso de Facebook y Twitter, principalmente, y la atención o importancia que le damos las personas a lo que ahí encontramos.

Ayer leía en el sitio de Clases de Periodismo, una nota sobre el linchamiento al periodista (sí de un comunicador) Pedro Simón, de El Mundo, quien tuvo que pedir disculpas luego de publicar una “conmovedora historia” acerca de una pequeña llamada Nadia, de la cual se “enganchó” a través de una cadena de las que circulan en las redes sociales, quien padece de una extraña enfermedad y para la cual su padre pedía ayuda económica en las redes sociales “para curarla”.

Aunque la información había generado las reacciones deseadas, otros medios de comunicación se encargaron de confirmar los datos y revelar que se trataba todo de una farsa del padre de la menor, que le había generado una ganancia de 150 mil euros en pocos días, y descubriendo que el señor se dedicaba a la estafa.

“Un descuido profesional gravísimo”, dijeron sus colegas comunicadores, “un periodista debe verificar siempre las fuentes”, recriminaron a Pedro Simón, por lo que no se ha salvado tan fácil del asunto. Además, actualmente muchas historias de las redes sociales son retomadas por los llamados medios tradicionales.

Debo reconocer (aunque no me considero un periodista profesional por todo el trabajo que ello implica) que cometí una vez el error de compartir una noticia en mi Facebook, que aunque no resultó falsa, sí lo era de una fecha pasada, y que la di como primicia, aunque afortunadamente un amigo me corrigió en seguida.

Al final creo que descubrir una noticia falsa y denunciarla sí puede ayudar a alguien, aunque también pienso que no tienen porque hacerlo las personas que no se dedican al periodismo, es decir no es su trabajo.