Transitando por Mérida

El anuncio del incremento en las tasas de venta de automóviles no debe entusiasmarnos sino preocuparnos...

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

El anuncio del incremento en las tasas de venta de automóviles no debe entusiasmarnos sino preocuparnos; vivimos en una Mérida en la que el número de vehículos, los usos y destinos de sus propietarios, y la estructura vial de la ciudad, sin una red que ofrezca rutas alternas, son condicionantes del funcionamiento urbano que nos deben preocupar; vivimos en un momento en que se están repavimentando calles, equipando muchas avenidas, solucionando puntos conflictivos, pensando ante todo en el peatón al cruzar las congestionadas avenidas, pero seguimos enfrentándonos a una población de conductores que pareciera que lo que les interesa es llegar primero, ser los más rápidos.

Estos problemas viales tienen presencia especialmente al norte y poniente de nuestra ciudad, pero es en el Centro Histórico en donde se acercan a las condiciones de permanente vuelta de rueda, y no sólo por el número de coches y la falta de educación vial; la baja oferta de estacionamientos convierte amplios espacios de nuestro entorno vial en calles de aparcamiento, que en nuestro Centro Histórico, por el ancho de sus calles, se vuelve un conflicto permanente para la circulación segura y ágil.

Y el tema del transporte público tiene un negativo impacto en estos problemas viales, ya que es preocupante el número de autobuses, la mayoría de tamaño inadecuado, que invaden el Centro Histórico y utilizan sus calles como paraderos, en donde terminan e inician sus rutas de servicio, cuando que lo lógico es que sean simplemente puntos de paso, con paraderos preestablecidos adecuadamente, evitando la aglomeración enfermiza, que en mucho incide en la mala calidad del aire que respiramos.

No puedo olvidar las palabras del Dr. Erik Stork, experto mundial en la solución de problemas de contaminación atmosférica en ciudades, que llegando al entonces DF, hace ya 34 años, propuso crear un fideicomiso para financiar el cambio del parque vehicular a autos nuevos de cuatro cilindros, no permitir más de dos autos por familia y minimizar la circulación con sólo el conductor. Por supuesto su propuesta sólo causó risa, pero cada año en Cd. de México hay miles de muertes a causa de la contaminación producida por los vehículos. ¿Y en Mérida?

Lo más leído

skeleton





skeleton