Tras las huellas
Los aforismos y paradojas surgen en la obra de Wilde surgen en la obra de Wilde de manera casi casual, con gran humor y como dichos a la ligera.
Lleva días siguiéndome a todas partes, lo veo en el parque, en la lavandería, a la salida de la escuela mientras espero a mis hijos, incluso dentro de casa me sigue, de la mesa al sofá, del sofá a la cama.
Hoy, intentando poner un alto a su persecución, hablaré de él: se diseñó y editó en Colombia por Villegas Editores en el año de 2001, en el lomo dorado resalta tanto el título, ÓSCAR WILDE Aforismos y paradojas, como el nombre de quien seleccionó, tradujo el texto y escribió el prólogo, Efraín Sánchez.
En la solapa posterior leemos información sobre estos dos hombres que nacieron con un siglo de diferencia. Uno en Dublín, Irlanda (1854); otro en Bogotá, Colombia (1954). Parte de la formación académica de ambos tuvo lugar en la Universidad de Oxford, y en el texto que hoy leemos, uno provee de espacio a las letras del otro, prolongando los tiempos, conjurando nuevos encuentros.
En el prólogo leemos: “Los aforismos y paradojas surgen en la obra de Wilde de manera casi casual, con gran humor y como dichos a la ligera [...] pero en su mayoría encierran tras el chiste grandes dramas humanos o situaciones de trascendencia social”.
El contenido del libro está organizado en diecisiete capítulos que aluden al tema central de estos epigramas. Algunos de ellos son: Tentaciones; Verdad, Intelecto; Naturaleza Humana; Mujeres; Hombres; Amistad, Amor; La Otra Gente.
Como huellas que puedan guiar nuestros pasos, Efraín Sánchez nos dejó cada frase de Wilde acompañada del título de la obra a la que pertenece. Esperando que continúes el camino, transcribo aquí, algunas de ellas:
Amarse a sí mismo es el comienzo de un eterno romance.
Frases y filosofías para uso de la juventud
Hoy en día la gente conoce el precio de todo y el valor de nada.
El retrato de Dorian Gray
Te esperaré toda la vida... si no tardas demasiado.
La importancia de llamarse Ernesto
Las preguntas jamás son indiscretas. Las respuestas a veces lo son.
Un marido ideal.