A la una de la mañana se registra un temblor en algún lugar del Océano Índico; es el 26 de diciembre de 2004; una ola devastadora acaba de nacer, se dirige a costas a miles de kilómetros de distancia. Es el inicio de uno de los peores desastres naturales de la historia moderna. En cuestión de horas más de 200 mil personas, que no sospechan lo que viene en camino, perderán la vida.

¿Me creerías si te digo que una ola de proporciones bíblicas se dirige a México, pero a diferencia de la que azotó al continente asiático, ésta no es acuática sino demográfica; y qué afectará, no a miles, sino a millones de personas?
En México:

-Siete de cada 10 mexicanos no tienen ningún plan para el retiro.

- El 80% de los adultos mayores no cuenta con ingresos fijos. Estimaciones hablan de que 25% de las personas de más de 80 años siguen trabajando. 

-Sólo el 26% de la población mexicana económicamente activa ahorra para su jubilación.

-Sólo 1,766 de las más de cinco millones de empresas ofrecen un plan de pensión a sus empleados como prestación.

-Sólo uno de cada 10 trabajadores que cotiza al IMSS cuenta con alguna prestación adicional para complementar su pensión durante su retiro.

-Para una persona que gana cuatro salarios mínimos (el rango más común en México), su pensión será de entre 35 y 40% de su último salario.

Las estadísticas son contundentes, en México está en marcha un proceso de transición demográfica, que, aunado a la falta de ahorro, arrojará como saldo que la mayoría de los mexicanos no tengamos un retiro digno. Metafóricamente hablando 'esta ola' ya se generó, va a azotar y  no hay manera de detenerla.  

El gobierno es poco lo que puede hacer así que en lo individual hay que hacer un esfuerzo por ahorrar más. Mi recomendación: acércate a tu  AFORE o a una compañía de seguros (estas últimas tienen interesantes planes para el retiro); el punto es que, si no buscamos una solución hoy, quizás no tengamos un mañana.