Ante la expansión y eventual llegada de Uber o Cabify a Yucatán, los taxistas locales toman sus precauciones y trabajan en conjunto con la Dirección de Transporte estatal para crear una aplicación similar para dispositivos móviles (aunque recuerdo que un joven emprendedor yucateco desarrolla una app igual llamada Ryde & Go), así como un proyecto de “modernización” para mejorar el servicio de transporte que ofrecen.

Uber se fundó en 2009 y desde su lanzamiento inició operaciones en más de 70 ciudades del mundo, su éxito radica en que permite el servicio de alquiler de choferes bajo pedido a través de la aplicación para las plataformas móviles de Android y IOS, en la cual el usuario puede elegir el vehículo que le dará el servicio (normalmente autos de modelo reciente, espaciosos y con clima), a través del trazado de su ruta, así como el costo que pagarán por el mismo. 

Además, ofrecen la opción de pagar con tarjeta de crédito o débito para no viajar con efectivo y los pagos se realizan una vez que el cliente llega a su destino.

La empresa logra su éxito en parte porque los vehículos que contrata para dar el servicio de taxi son automóviles particulares (cuyos choferes dan un porcentaje de sus ganancias al negocio), que no pagan concesiones (ellos son los dueños y no rentan el vehículo), aunque tienen controles de calidad que evalúan física y mentalmente a los conductores y verifican que los autos estén en correcto estado y asegurados con cobertura amplia para garantizar la seguridad del cliente.

Por todos los beneficios que da Uber ha sufrido ataques en varias partes del mundo, la más reciente cerca del Aeropuerto de la Ciudad de México, el martes pasado, cuando taxistas del sitio destruyeron 2 vehículos que prestaban el servicio, acusándolos de competencia desleal.

Ante todo lo señalado, la Dirección de Transporte de Yucatán también se ha pronunciado y dejó en claro que los vehículos que no cuenten con concesión no podrán ofrecer el servicio de taxi.