Un buen primer tercio

Si acaso, habría que señalar que en el manejo del recurso en la administración de Rolando Zapata la astringencia es a veces exagerada, pero es mejor que derrochar.

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Al cumplirse dos años del gobierno de Rolando Zapata Bello, el mismo mandatario hizo la tarde del sábado un recuento de sus logros que –a fuer de honestos- tenemos que reconocer que en el plano material están ante los ojos de quien quiera verlos sin apasionamientos.

Claro que hay cosas pendientes, sobre todo en lo que toca a hacer realidad una verdadera justicia social que dé oportunidades  de superación a todos en equidad y sin distingos y erradique la pobreza ancestral, pero es una secular deuda de los regímenes emanados de la Revolución y de los que  han surgido en el transcurso de la vida institucional de México.

Sin embargo, hoy y aquí quisiera mencionar dos aspectos que me parecen de la mayor relevancia: la seriedad y la profesionalización del gobierno. Cuando oímos y miramos a Zapata Bello, la impresión es de que se está ante alguien que hace las cosas con seriedad y que es confiable. Atrás quedaron gobiernos de relumbrón y alharaca. Si nos asomamos a la estructura administrativa, vemos que todo está debidamente estructurado y hay metas y fechas para cumplirlas.  Se promete lo que se puede cumplir.

Si acaso, habría que señalar que en el manejo del recurso  la astringencia es a veces exagerada, pero  es mejor que derrochar. En el primer tercio, Rolando ha hecho una buena faena. Vienen otros tercios. Hay confianza en que el público al final va a otorgar oreja y rabo. Veremos.

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