La noticia de la semana en Progreso giró en torno a una fiesta que se desarrolló hace unas semanas en el Centro de Salud de esa ciudad y en la que intervinieron un médico, enfermeros, pasantes y personal de intendencia.

Tan bueno estuvo el reventón, que a uno de los participantes se le ocurrió tener un recuerdo del festín y con su teléfono guardó imágenes que recientemente aparecieron en sitios con contenido XXX en internet.

Al hacerse público el asunto, llegó la orden de darle de baja a todos los implicados. Al director de la institución, según trascendió, el sábado pasado personal de salud estatal le pidió la oficina. Hay una investigación oficial en curso.

Por las redes y en las calle del puerto es el tema de moda y ya surgen bromas al respecto, como la de que, a partir de este suceso, han llovido decenas de peticiones para trabajar en el Centro de Salud, ya que dicen: “Allá no trabajan pero cómo se divierten”, otros  se limitan a escribir en sus comentarios electrónicos: “Envidiosos, bien que les gustaría estar en su lugar”.

De darse las remociones de personal, lo cual al parecer se informará en las próximas horas, se sentará un importante precedente para otros servidores públicos que, ante aquel dicho de “cuando veas las barbas del vecino cortar…”, se pondrán las pilas para evitar que su cabeza ruede, aunque no necesariamente sea por un caso de índole sexual