Una aeronave comercial no es simplemente un medio de transporte, es un contenedor que lleva sueños, alegrías, abrazos por dar, oportunidades de trabajo, amores por reencontrarse y es el vínculo principal entre las naciones en este mundo que cada vez empieza a parecerse más a una pequeña aldea. El vuelo MH17 de Malaysian Airlines salió de Ámsterdam, la ciudad más liberal, moderna y divertida de Europa, estaba lleno de holandeses, que son gente alegre y desenfadada. Holanda es la cuna del humanismo y allí, gracias a su imparcialidad y modernidad, se ubica el Tribunal Internacional, donde los más grandes villanos son llevados a juicio por sus fechorías.

Jóvenes que iban de vacaciones, familias enteras, hombres de negocios con una foto de sus hijos en el portafolio, serviciales azafatas y buenos pilotos fueron asesinados a causa de uno de los conflictos humanos más egoístas y absurdos que padecemos hoy en día. El derribo de un avión comercial en pleno vuelo es la peor fechoría que se puede llevar a cabo, con apretar un botón se segaron trescientas vidas inocentes e indefensas.

El imperialismo ruso, el de verdad, no el coco del imperialismo norteamericano con que los populistas demagogos nos asustan todo el tiempo, se ha empeñado en recuperar una de las naciones que se lograron zafar de su yugo. Con la descarada excusa de que los rusos de Donetsk se quieren independizar, han proveído de cohetes y de armamento a verdaderos salvajes para calentar los ánimos de la región. 

A mediados de la semana se derribó un avión ucraniano de transporte con un cohete ruso y el pasado jueves les falló el tino a los cretinos que juegan a la guerra y derribaron un avión comercial en pleno vuelo. 

Ya las cajas negras están siendo recuperadas por los propios rusos o los terroristas que lo derribaron, por lo que la investigación del crimen está comprometida desde el inicio. 

Todavía se atreve el asesino ex espía Vladimir Putin a decir que es el resultado de la triste situación que asola la región cuando es su propio gobierno el que ha desestabilizado a una nación que intenta salir delante de la debacle comunista en que fue sumida durante decenios. El cinismo y la crueldad de este nuevo zar ruso no tienen límites. 

Muy triste que la patria de Tchaikovski, Pushkin y Tolstoi esté regida por los mismos que tuvieron el mundo al borde de un abismo nuclear. Los de siempre, los reaccionarios disfrazados de populistas. El crimen de Ucrania está creando una onda expansiva que probablemente frene la estupidez y la crueldad de este pistolero con traje. 

PS: Los palestinos de Hamas en Gaza son como niños, no aprenden ni que sus cohetes le hacen lo que el viento a Juárez a Israel ni aprovechan oportunidades de cese al fuego o la posibilidad de pláticas. La voluntad internacional para solucionar el problema está topándose con la intolerancia y la violencia de ambas partes…