Un día para los yucatecos
Si vas a comprar galletas que sea de la marca local o de perdido nacional... así apoyarás a la economía local, a tu familia, a tu ciudad y tus hijos.
Una técnica japonesa para romper con la apatía y construir hábitos es empezar la tarea que no quieres hacer en solo un minuto, así se te va a hacer fácil, ya que el minuto no te va pesar nada y poco a poco tomarás más tiempo.
Me han llegado mails donde me señalan que la apertura comercial es buena, ya que los productos locales son malos o simplemente no hay y que el comercio internacional sirve para eso. O sea que mi propuesta de cerrar el comercio exterior es mala.
Mi respuesta es ésta: el comercio internacional es bueno, hace que los precios internos se contengan y sirve de base para muchos negocios con productos que enriquecen la vida diaria y no se pueden fabricar al 100% en el país.
El problema que expongo es que las condiciones en las que los productos se hacen son difíciles de igualar cuando son de regímenes comunistas que no respetan salarios mínimos, impuestos ambientales y patentes; me estoy refiriendo al caso de China más específicamente; yo estoy de acuerdo con el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, Europa y ciertos países asiáticos que tienen las mismas regulaciones a sus plantas productivas y sin subsidios para sus trabajadores.
Pero aunque se pusieran aranceles a los productos chinos, no se construye una economía local sin que la gente apoye y aprecie los beneficios de los productores y comerciantes locales; empecé con el consejo japonés por la siguiente propuesta: surtir sólo un día al mes todas tus necesidades con productos o en tiendas locales.
Ejemplo: si vas a comprar un refresco, que sea en una tienda de la esquina y no en una de conveniencia, y que sea de una marca de la que haya fábrica local. Si vas a comprar galletas que sea de la marca local o de perdido nacional. Se aplica en pasteles, galletas, leche, avena, refrescos, fósforos, espirales mata mosquitos, talco, muebles, ropa y muchas cosas más, igualmente en tiendas, supermercados, ferreterías y restaurantes.
Así apoyarás a la economía local, a tu familia, a tu ciudad y tus hijos, garantizándoles un futuro donde todos participemos. Es nuestra decisión y somos responsables, tan siquiera un solo día al mes.