Una cinta de animación como “Un gallo con muchos huevos”, cuyo elenco ofrece tan interesante gama de actores y personalidades como Bruno Bichir, Angélica Vale, Carlos Espejel, Omar Chaparro, Mayte Perroni, Sergio Sendel o Ninel Conde, podría catalogarse, a simple vista como una película telenovelera.

Sin embrago, el amplio número de copias con que sale a cartelera (más de dos mil), puede darnos una visión muy diferente, quizá la de una cinta de calidad, cuando menos en el asunto de la producción, pues el público al que va dirigido es el infantil.

La historia nos narra la vida de Toto (el que hace dos filmes era un huevo), quien ha crecido y se ha vuelto un gallito, hasta que un ranchero malvado engaña a la dueña del rancho donde vive y la obliga a apostar la propiedad en una pelea de gallos en el palenque. 

Toto es la única opción para defender su hogar, por lo que deberá entrenar para convertirse en solo una semana en un gallo de pelea y poder vencer al gallo campeón del palenque.

Si retomamos la idea de que aún estamos en la época veraniega y que los pequeños de la casa pueden hacerse presentes en las salas de todo el país (porque con el número de copias lanzadas abarcará todo el territorio nacional), la cinta escrita y dirigida por los hermanos Gabriel y Rodolfo Riva Palacio Alatriste puede resultar una de las de animación mexicana que haga historia.

Esta tercera entrega de la saga animada mexicana, cuyos antecedentes fueron “Una película de huevos” (2006) y “Otra película de huevos y un pollo” (2009), buscará fomentar entre el público infantil los valores de la amistad, la fraternidad y el compromiso, por lo cual se convierte una buena opción para asistir al cine con la familia.

En términos generales, “Un gallo con muchos huevos”, que además puede ser vista en 3D, tiene una historia medianamente divertida, aunque para los pequeños de la casa seguramente será entretenida, diría que es efectiva. La historia es redonda, sencilla pero redonda, que puede mantener a los más pequeños sentados en su butaca y no andar corriendo por los pasillos como en muchas películas infantiles.

Solo le recuerdo que la imaginación se disfruta más en la oscuridad del cine, así que no deje de asistir a su sala favorita. 

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