¡Un señor perro!

La muerte de 'El Hijo del Perro Aguayo' realmente conmocionó al mundo deportivo nacional.

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De política, en este momento, no. Los actores políticos en Yucatán ya se registraron ante la máxima autoridad electoral, o sea, el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (Iepac) –que lucha internamente entre sus temores priistas y panistas- y sólo esperan el 5 de abril, ¡Domingo de Resurrección!, para arrancar oficialmente las campañas.

Por lo tanto, Nerio Torres Arcila, Mauricio Vila Dosal y Carlos Carvajal Borges, abanderados del tricolor, blanquiazul y Sol Azteca, respectivamente, a la Alcaldía de Mérida, también llamada por los políticos ansiosos “La Joya de la Corona”, ya tendrán tiempo suficiente del 5 de abril al 4 de junio para lucirse ante miles de ciudadanos y tratar de convencerlos de votar a su favor.

Los otros 105 candidatos a alcaldes de municipios rurales y los aspirantes a diputados federales, estatales y plurinominales, también velan armas.

Y tampoco nos vamos a referir en esta columna al caso Carmen Aristegui-empresa MVS, el polémico asunto donde la periodista –y que ahora, según los más avezados escribidores (con el hígado), analistas, articulistas, activistas y progresistas “buena onda”, es la mejor comunicadora de México y, chance, hasta del mundo- se queja de su despido y del de su equipo de trabajo, acusa a sus ex empleadores de lo más satánico posible, aunque tampoco tiene pruebas contundentes de que el Gobierno Federal condicionó su liquidación en beneficio de jugosos contratos con MVS, propiedad de Joaquín Vargas y familia.

Independientemente de lo sucedido, de que Carmen (la heroína del momento) pida continuar en la empresa que le dio una patada en salva sea la parte y hasta los quiera “perdonar” por lo que le hicieron y, por su parte, MVS repita hasta el cansancio que la relación tronó y no hay arreglo posible, hoy esta columna tampoco ahondará más en este show entre diva y divos de la información (aunque me arriesgue a que me tachen de reaccionario, antidemocrático e ignorante de la libertad de expresión; uyy, qué mello).

No, amables lectores(as), hoy se pretende hablar, aunque breve, del fallecimiento del luchador Pedro Aguayo Ramírez, mejor conocido como “El Hijo del Perro Aguayo”, un suceso que realmente conmocionó al mundo deportivo nacional. El vástago del legendario Pedro “Perro” Aguayo, aquel que diera fieras batallas a otras súper leyendas como El Santo, Blue Demon y Huracán Ramírez, por citar sólo algunos de los mitos del pancracio mexicano, se fue al otro mundo en unos cuantos minutos.

PRIMERA CAIDA.- “El Hijo del Perro Aguayo” fue víctima de la fatalidad, del destino si así quieren también calificarlo. Sólo tenía 35 años de edad, había superado un cáncer y le quedaba mucha lona.

SEGUNDA CAIDA.- La lucha libre, con todo el show que se le quiera montar, es un deporte extremo, no es una payasada, mucho menos vacilada. El pancracista debe tener el mejor entrenamiento. Aún así, el riesgo de la fatalidad está latente.

TERCERA CAIDA.- ¿Necesitamos a Carmen o a MVS para enterarnos mejor de esta lamentable muerte? La verdad, no. Descanse en paz un gran “Perro”.

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