Un trabajo bien hecho
La sociedad se debe sentir segura por el actuar de las autoridades y la forma de reaccionar.
No podemos menos que felicitar a las policías locales por el esclarecimiento del asesinato de conocido psiquiatra.
Gracias a los sistemas preventivos que se han instalado en la ciudad y la red de cámaras de monitoreo con grabaciones de alta definición, técnicos especializados en la Secretaría de Seguridad Pública rastrearon el vehículo y a su guiador. Enhorabuena, pues se pudo constatar la eficiencia de la SSP.
No podemos tampoco ocultar el cambio de actitud y de comportamiento del personal de la Fiscalía General del Estado que puso en acción sus recursos y sus habilidades en lo que a investigación física se requiere, demostró control sobre la moderna tecnología que ha adquirido el Gobierno del Estado para detener a los criminales; también para ellos una felicitación, sin olvidar que son obligaciones de las autoridades usar sus recursos para salvaguardar a la ciudadanía y mantener la paz y el orden. No se vayan a equivocar en la aplicación de procedimientos y se vayan a la calle los asesinos.
Recuerdo que cuando se empezó a invertir en cámaras de video, en rastreo, en retenes, en centros de monitoreo como C4 y toda la tecnología con la que cuenta nuestra ciudad, salieron los críticos a decir que era mucho el dinero que se gastaba.
No hubo ningún detractor que hubiese usado la palabra inversión, sin embargo una capital como Mérida, con un parque vehicular enorme, con calles y avenidas trazadas en la antigüedad, difíciles de controlar, y con un periférico, que ante el crecimiento de la ciudad empieza a quedarnos chico, la inversión siempre será prioritaria.
Los niveles de seguridad se miden diariamente y todos los días hay que ajustar los márgenes de operatividad y seguridad.
La sociedad se debe sentir segura por el actuar de las autoridades y la forma de reaccionar.
Mérida, una ciudad que le da al viajero la bienvenida y lo invita a quedarse; Mérida, ciudad tranquila y sin violencia, permite el crecimiento y el desarrollo de negocios.
Me recuerda la poesía de Luis, El Oso, Ortiz Martínez, quien en una loa a Yucatán, termina diciendo: Aquí te espero viajero, prueba mi sal y mi pan, tengo los brazos abiertos, ven viajero a Yucatán.