El teatro es un arte con cualidades específicas, una expresión que una vez pronunciada necesita continuidad, pues sigue afinando su proceso de vida en cada representación. 

El estado necesita revisar los procesos de selección y la manera en que se programan las obras, pues sólo una temporada larga consigue que un trabajo artístico llegue a su mejor momento.

Leo de ciertas “obras” que surgen sólo por los festivales. Son cohetes que queman su poca pólvora con mucho ruido y cero arte. Falta visión, estrategia y compromiso. Mantener vivo un proyecto requiere todo el esfuerzo de quien decide sostenerlo y creer en él. 

Estamos en tiempos en los que es importante que los artistas seamos los primeros en creer en nuestro trabajo. Nosotros tenemos que abrazar nuestro arte con fe verdadera. 

La experiencia me ha enseñado lo complicado que es mantener un grupo que crea en ti, no importa si son testigos del enorme esfuerzo que implica mantener una nómina o conseguir un boleto de avión. Siempre habrá quien crea que  es problema del director, y lo es, así como estar con todo el profesionalismo es compromiso del actor. 

Las giras desgastan, es difícil convivir largo tiempo con alguien que no te toca de nada. 

El teatro es un proceso humano y en esa medida son normales los errores, distanciamientos y abandonos. Por eso celebro con toda mi alegría las 150 representaciones de mi obra “Piedra de lluvia”. Esta obra es muy importante para mí, pues comparto la historia de mi abuela; principal inspiración de mi vida. Ella me construyó un imaginario fantástico, lleno de aluxes, sombras, venados, ceibas y canciones, me regaló cielo, tierra e inframundo del Mayab.

Protagonizada por Andrea Herrera y su extraordinario talento, contamos esta historia para toda la familia con títeres, objetos y música original de Pedro Herrera. 

Teatro regional para niños, para enseñarlos a abrazar las raíces profundas y significativas de su cultura. Tres años después y con varias presentaciones fuera de Mérida, aterrizamos este domingo 10 a las 12:00 horas, en el festival de teatro Wilberto Cantón. Entrada libre. 

Mi abuela y sus recuerdos siguen llenando de vida mi teatro: el domingo veré una vez más cómo una pequeña gota de agua en la que creo con toda mi fe, una gota que pasó por las manos de Raúl Niño, Addy Teyer, Oswaldo Ferrer, “Tanicho”, Anaii Cisneros y Jorge Can, es multiplicada 150 veces y logra convertirse en una lluvia infinita que hace crecer nuevas flores en mi corazón. Develarán la placa Roger Metri, secretario de Cultura, y Verónica  Camino Farjat, directora del Cepredey. Les espero el domingo.