Una nueva y gran oportunidad para el secretario Osorio Chong
Ayer en la tarde llegaron al puerto de Acapulco fuerzas especiales antimotines. Seguramente estarán ahí los mejores de las policías federal y estatal.
Ningún acto de reivindicación puede partir de la carta blanca para dañar el patrimonio ajeno. El Estado no puede validar esa lógica. Por más riesgoso que resulte imponer un orden mínimo.
Estamos con los familiares que perdieron a los suyos en Ayotzinapa, con los normalistas dolidos y enfurecidos por la muerte y desaparición de sus compañeros. Pero es inaceptable hacerse de la vista gorda ante las conductas delictivas en que ellos, o quienes se ostentan como parte de ellos, incurrieron esta semana: del robo de tiendas y camiones, al saqueo y destrucción de oficinas públicas.
Preguntaba ayer aquí que a dónde se había ido el talento político del peñanietismo, un grupo que pensábamos estaba dotado para la contención del conflicto; para la negociación, el acuerdo y el diseño estratégico. Pues bien, la protesta de Ayotzinapa anuncia que hoy tomará Acapulco, signifique eso lo que signifique.
Ayer en la tarde llegaron al puerto fuerzas especiales antimotines. Seguramente estarán ahí los mejores de las policías federal y estatal. Es una gran oportunidad para que el gobierno del presidente Peña Nieto y el secretario Osorio Chong demuestre que en México 2014 es posible que convivan protesta y orden. Esa es la única pista viable, pienso, para encontrar algún día la salida a la intimidatoria crisis guerrerense.
Han sido días muy difíciles para el secretario de Gobernación. Del estancamiento de las cosas en el Politécnico, a la sensación de zozobra que trajo la noche horrible de Iguala.
La política le está dando una nueva oportunidad este viernes. Suerte, secretario. Por todos, suerte.