Cuando lo oí, pensé que mi calendario estaba desfasado y que era el 28 de diciembre. Pero no, era miércoles 12 de febrero de 2014. Con lógica contundente y que envidiaría mi maestro Perogrullo, el secretario de asuntos legislativos del Colegio de Arquitectos de Yucatán, José Miranda, declara a sipse.com: “Lo más apropiado para dar una solución definitiva a la imagen urbana y terminar de una vez con los problemas que existen” es “clausurar” el paso deprimido de Prolongación de Montejo”. ¿Hay otra solución más definitiva? Obvio que no: si queremos “eliminar de una vez” los problemas de un enfermo de cáncer, lo matamos y ya, asunto resuelto.

Pero lo más grave vendría después: el alcalde Renán Barrera Concha dice que “no descarta” la propuesta. Es decir, si le demuestran que esa es la “solución definitiva”, clausura esa vía -no vialidad, por favor-. Es evidente que esa sí sería la solución definitivamente definitiva con toda la definitividad que es posible alcanzar. ¿Qué más evidencia quiere? Seguro que si lo cierra ya no se va a volver a inundar y sus congéneres albiazules declarados y los disfrazados de sociedad civil  van a retorcerse de alegría y van a sepultar bajo la tierra en el distribuidor vial subterráneo, como debe llamarse, su eslogan mafufo: “El 4 de julio no se olvida”.

Plúgales (o sea plázcales) al cielo y los dioses que aún haya un rescoldo de cordura en las autoridades municipales y no le hagan caso a ese pretendido especialista que da imagen exacta de su capacidad lógica al decir que esa es la solución definitiva. 

Brazalete no de brazo: iba a hablar hoy aquí del brazalete que no se le pone en el brazo -maestro Perogrullo cómo te quiero-, sino en el tobillo, a los yucatecos sentenciados que lo piden y prueban que no se van a evadir, pero me ganó el tema del sedicente especialista del Colegio de Arquitectos. La próxima semana, si no me mata la depresión ante algunas barbaridades que se oyen o se leen, lo estaremos comentando.