Desde la idea, girando en espiral. Desde la cama, en la terapia intensiva. Dentro de ese país de las maravillas, donde conviven juntos la colmena y el nido del Kau sin necesidad de interpuestos. 

Ahí donde, entre divagaciones, se puede ver una mesa de Pool en medio de un pantano. Ahí donde la letra desobediente nace por debajo de mi sombrero dejando fluir el xek, el gügol de ideas.

El escenario ha estado puesto para dejar salir las palabras al calce, y los lectores nos regalan día a día sus comentarios a veces mudos, acechándonos. 

Entre el estira y afloja que ha sido un año de escribir sin descanso, de sacar el jugo de palabras, a veces agotando el papel por el esfuerzo imaginativo, jugando a dos de tres caídas o al tiro de tres, sale a flor de piel, el mensaje, el punto exacto de las comunicación-es.

Ese es el Poder de la Pluma, el espacio para contar los acaecimientos, comentarlos, aunque signifique un asalto a la razón o cause malestar a las Altas Esferas.

Y aunque el espacio es corto (por lo que pido unas sinceras disculpas a los que no pude mencionar), simplemente éste es el primero. El inicio. ¡Simplemente UNO¡… Esperemos vengan más y mejores…

Y a usted señor lector, mil gracias, por dejarnos entrar a su hogar. Sin usted esto no sería posible.