Urge una reconciliación nacional
Urge una reconciliación nacional para animarnos a ver hacia el futuro.
Urge una reconciliación nacional para animarnos a ver hacia el futuro. Repasemos algunos botones de muestra. La matanza de Díaz Ordaz en Tlaltelolco, en 1968; otros, por el “Halconazo” de la época echeverrista, en 1971 y la crisis económica de 1976. La debacle económica propiciada durante el sexenio de José López Portillo, ese que en 1981 jurara defender el peso como un perro y la “Renovación moral” de Miguel de la Madrid.
El sexenio de los crímenes “de Estado” y de triunfalismo neoliberal, que dejó como herencia el trágico sexenio de Carlos Salinas, y cuyo colofón en 1994 fue una debacle económica el “error de diciembre” para así achacarlo a su sucesor. ¿Y qué tal la matanza de Acteal, Chiapas, o Aguas Blancas, Guerrero, durante el zedillismo?
La truncada “transición a la democracia”, por causa de un débil, ineficiente e impresentable Vicente Fox. Y, ciertamente, la mayoría ha de tener muy en la piel el sexenio de terror y muerte, de decenas de miles de cadáveres, que dejó como marca otro impresentable, Felipe Calderón.
Hoy, la preocupante convulsión social, en Oaxaca, Chiapas, Michoacán, Veracruz, y la mismísima Ciudad de México, los maestros de la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación (CNTE) manifiestan rechazo a la decisión gubernamental de imponerles una así llamada “Reforma Educativa”.
Los maestros, pese a la campaña de desprestigio orquestada desde la cúpula, cada vez van ganando más apoyo a sus peticiones por parte de diversos sectores sociales. Entre las demandas, llama la atención una muy singular, que en cualquier contexto de incipiente democracia sería lo mínimo esperado: entablar pláticas con la autoridad. Y, por supuesto, cualquier gobierno que se precie de democrático, lo elemental que propondría sería, justamente, el diálogo.
Penosamente, la irracionalidad y la soberbia de un régimen hediondo, que opta por la judicialización de los asuntos, metiendo a líderes sociales a la cárcel, así como la represión y el sometimiento del inconforme, tienen al país al borde del colapso. Oaxaca es un polvorín y se anuncia la caída de un régimen que se derrumba por el hecho de que no entiende, como ya lo advirtió hace algunos ayeres el medio británico The Economist.
No entiende que en su pésimo desempeño está el origen del problema. El dólar rasca los 20 pesos, el crimen paseándose a lo largo y ancho del territorio, los feminicidios, las violaciones en autobuses, las desapariciones, los robos, la impunidad y la inseguridad por doquier.
Después de semanas de tensión y enfrentamiento entre integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación y el Gobierno Federal por desacuerdos con el contenido de la reforma educativa, el movimiento magisterial se volvió a reunir una vez más en una marcha convocada por Andrés Manuel López Obrador y militantes del partido Movimiento de Regeneración Nacional, y en donde López Obrador realizó exigió la liberación de Rubén Núñez, dirigente de la sección 22 de la CNTE en el estado de Oaxaca, así como del Secretario de organización Francisco Villalobos y de 12 presos más.