Uso responsable de redes sociales

Durante un foro sobre redes sociales en la Universidad del Sur Campus Cancún, especialistas, reporteros, estudiantes y catedráticos debatieron en torno al uso responsable (e irresponsable) de redes sociales...

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Durante un foro sobre redes sociales en la Universidad del Sur Campus Cancún, especialistas, reporteros, estudiantes y catedráticos debatieron en torno al uso responsable (e irresponsable) de redes sociales. #Redesencrisis fue la etiqueta, lo cual dio señales del propósito.

Debido a que su alcance e impacto son dos variables cuya importancia no todos asimilan, los organizadores desarrollaron este encuentro porque, lamentablemente, la premisa básica del “uso responsable” ha sido olvidada por muchos que aspiran comunicar en tiempo real.

La inmediatez ha prevalecido ante la precisión y la certeza, fue una de las ideas más frecuentes el jueves pasado por quienes se dedican a informar o pretenden hacerlo. No sólo eso, sino que el apuro desinforma, tergiversa o manipula, lo que es peor.

El inicio de las conferencias fue estremecedor, pues la presentadora habló de “dos atentados”: uno relacionado con la balacera en la representación de la Fiscalía, y el otro asociado a la psicosis desatada por los que abonaron a la confusión replicando información falsa o inexacta, sin verificar los datos.

A esto último se refirieron algunos exponentes, en el sentido de que la tardía versión oficial permitió un vacío informativo que llenaron tanto los internautas como los irresponsables contratados para propagar la zozobra en momento de histeria colectiva.

Sin embargo, la ausencia de “voz oficial y autorizada” se podría justificar en que, al no tener detalles comprobados, optaron por la verificación y la difusión paulatina, irónicamente dos exhortaciones que los mismos conferencistas promovieron ante los asistentes.

Hay algo aun peor: Alonso Cedeño, fundador y director de “Estrategia En Línea”, sugirió que ante el bombardeo imparable de material preliminar, cifras, supuestos testimonios o posibles responsables, no hay mucho qué hacer, respecto a que es imposible regular estas plataformas digitales o controlar los impulsos de quienes no son profesionales en la materia.

La periodista Adriana Varillas, así como Leobardo Martínez, director de “Vivo En Cancún”, compartieron procedimientos, consejos e ideales a unos aspirantes a comunicadores, que no obstante fueron abandonando el salón, aparentemente por otras ocupaciones. Salvo excepciones, la mayoría no escuchó las conclusiones.

De esta manera, por enésima ocasión quedan en suspenso algunos cuestionamientos: ¿De verdad no hay solución posible a la “desinformación”? ¿Por qué se empeñan en fomentar el caos? ¿Quiénes y por qué financian a estos catastrofistas? ¿Cuán interesados están los futuros comunicólogos? Y muchos otros.

Hay manuales, leyes, expertos, líderes y brigadas cibernéticas, aunque parecen ser ignorados.

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