Esta  experiencia de Marcos Ramírez nos da cuenta del manejo de conceptos que retoma de su formación para generar o lograr una producción.  De tal modo que desde el inicio habla de la precedencia y cómo este concepto está inmiscuido en el mundo del arte infiltrándose y en algunos casos dominando los campos de creatividad (creamos con ideas ya precedentes a las nuestras inconscientemente), producción (producimos ya precediendo qué pasará con la producción), representación y crítica. 

Esto no está del todo mal (está mal cuando es la única forma en que producimos porque caemos en el copy-paste global), pero debemos de recordar que una de las maravillas del arte es su estatus de no definición absoluta, lo cual deja un campo de indefinición muy delicioso para navegar con valentía en lo desconocido hacia otros rumbos de producción, creación, representación y crítica.

Entonces, en la gran esfera del cine, el guión es algo que está pensado siempre en un acto que precede a la filmación. El guión es algo que está pensado para estar listo y terminado casi en su totalidad antes de mover el equipo de grabación y al grupo de actores a la locación.

Después de un guión previo, relacionado con el proyecto (La leyenda del rey adivino de Uxmal), nuevamente se enfrenta a otra problemática la transformación de una leyenda oral y escrita en imágenes en movimiento y sonido; ha sido toda una aventura de carácter, adaptado a la realidad del lugar. 

El guión inicial fue pensado y escrito en un acto de precedencia, pero cuando llegó al pueblo de Santa Elena y empezó a tener los encuentros con la realidad del lugar, como las personas que viven ahí, se da cuenta de que tiene que cambiar en su totalidad el guión.

Durante el proceso de adaptación fue conociendo a personas importantes en el pueblo que lo ayudarían a establecer las relaciones para desarrollar el proyecto. Se dio cuenta de que sus actores viven en una de las locaciones donde se va grabar y la otra les queda muy cerca (a 14 km). El guión se fue modificando in situ mientras conocía a las personas que nutrirían la historia. 

Los cambios constantes le dieron la ventaja de poder encontrar los puntos ambiguos en la historia para insertar nuevos cambios que funcionaran dentro del flujo de la narrativa sin crear alteraciones de otro orden. Es un guión que se construye en el lugar y tiempo presentes, dejando de ser un acto precedente para convertirse en una acción en el momento.