El profesor Rafael Penroz, a partir de comentarle mis experiencias con los pobladores de Santa Elena, me propuso realizar el proyecto que hemos compartido con ustedes. En ese sentido dejo a Rafa que nos lo cuente:  

Cuando relaté al colectivo que el taller de serigrafía había sido todo un éxito y que veía cómo se les iluminaban los ojos a Chela, Abel y 10 jóvenes más que se inscribieron, en el momento que supieron que podrían imprimir camisetas, carteles, vidrio, madera y cuero con un sistema tan barato y accesible, Ángel se apresuró a decir: ¿Y no estarás trayendo el sistema capitalista al pueblo?

Luego pensé… ¿en qué mundo vive este chico? Si no hay un rincón del planeta que no viva del capital… de la acumulación y el comercio, en ese ideal globalizado de la utilidad. Lo importante comenté, es no hacerse esclavo. Lo del capitalismo, eso ya fue.
No me interesaba enseñar una técnica por su capacidad productiva. Más bien quería ver los diseños que harían, con el deseo secreto de que explotaran la imagen de Uxmal, antes que Uxmal los explote a ellos.

Les mostré los diseños de frisos y decoraciones Puuc. Pero al hacer sus diseños, podía más la firma, el manga, el hip-hop, la pirámide del enano vinculada al Golden Gate en la unión San Francisco-Santa Elena y la imagen turística, de postal.

Algo encantador: todo hecho a mano, nada de fotos… aunque regañé a uno que trajo un dibujo bajado de Internet, un clip art de Chichén Itzá con tipografía de Word art. Jorge se rió muchísimo cuando le dije que la computadora ya había pasado de moda. 

Mejor sigue diseñando a mano, vale más. Un diseño maya tuvo éxito: una trenza de huesos de aspecto celta. Rangel escribió su nombre y le puso el patrón decorativo abajo, “se ve gótico”, dijo. Mis alumnos mayahablantes se referían a las imágenes de estelas y frisos como dibujos de indios. El más elegante lo dibujó Abel, lo imprimió sobre mi camisa para que me llevara un recuerdo permanente. The people. 

Espero que conserven el equipamiento y la voluntad de reproducir imágenes, y aunque no resistan al mass media, siempre se va a colar un experimento, un subversivo deseo de hacer algo inútil, y el irresistible placer de mostrarlo.

Con esta experiencia finalizamos el “Proyecto V Tiempo” que fue muy grato en todos los sentidos y sobe todo por el hecho de haber integrado a los jóvenes y a la comunidad que año tras año ha participado en los proyectos arqueológicos del Puuc.