En la medida que vemos el grave deterioro de Michoacán en materia de seguridad pública, un problema añejo que por desatención se ha agravado tanto que el ciudadano se encuentra en total indefensión sin más alternativa que hacer justicia por propia mano o a través de los grupos parapoliciales, llamados eufemísticamente “de autodefensa”, que en ocasiones sólo sustituyen a las organizaciones delictivas, en esa medida se ha ocasionado la puesta en marcha por el gobierno Federal de una estrategia que incluye una movilización sin precedente de elementos del Ejército, la Marina y la Policía Federal para ir reestableciendo el Estado de Derecho, la paz y la armonía social a que tienen derecho los ciudadanos.

En la medida que los medios nos ponen al tanto de esas incidencias, en esa medida los yucatecos tenemos la oportunidad de valorar lo que significa ser el primer lugar en seguridad pública de la nación, que depende en buena parte de la cultura de denuncia y colaboración de la sociedad y que tiene como base la confianza que procede del desempeño profesional de la policía estatal, así como de la preocupación del gobierno del Estado por mantener su eficiencia.

En este sentido es destacable la labor realizada por el gobernador Rolando Zapata Bello en su primer año de gobierno, en el que destinó una parte importante de la inversión pública con el fin de fortalecer la institución policiaca mediante la creación de la infraestructura necesaria y  la capacitación y adiestramiento de los recursos humanos.

Inversión que se acrecentará en el ejercicio de este año para darle continuidad, con el reclutamiento y contratación de los agentes para incrementar su membresía en un 10%, así como la terminación de la Unidad de Monitoreo e Inteligencia Policial, que cuenta con un sistema conformado por 506 cámaras de vigilancia, instaladas estratégicamente, que nos ubica a entre las entidades más adelantadas en la materia.

Rendición de cuentas.- Hay dos aportaciones de Rolando Zapata Bello aquí: una de naturaleza técnica, pues al modificar el lapso del informe de gobierno para hacerlo estrictamente anual, de enero a diciembre, lo equiparó con el ciclo del ejercicio presupuestal, lo que nos da mejores elementos para fines comparativos. La modalidad de los “Informes Regionales”, de carácter social, donde con la participación de los líderes de opinión, dirigentes políticos, productores, empresarios y demás expresiones de la sociedad civil, se habla de los asuntos específicos de cada una de las regiones, sus problemas y sus retos, así como sus avances y logros del período que se informa.

Lo que puede ser constatado, o, en su caso, refutado, por los participantes en esas reuniones. Todo ello para concluir en la ciudad de Mérida con el informe global sobre el trabajo realizado conforme a la perspectiva estatal. Así el informe de gobierno despierta el interés y genera la participación ciudadana.