Todos tienen la necesidad de un abogado, contador, arquitecto, ingeniero, por mencionar algunas profesiones. Pero cuando requieren de alguno de éstos o de algún otro profesional, lo primero que se cuestionan es: ¿cuánto me van a cobrar?, sin mucho antes preguntarse: ¿es un buen profesionista?, ¿tiene una buena reputación?, ¿su trabajo es de calidad?, ya que seguramente le vas a encargar un trabajo que es importante para ti y vas a necesitar que se haga a la perfección. 

Desgraciadamente, en el medio en el que nos desenvolvemos muy pocos tienen la costumbre de valorar el trabajo de los profesionistas y pagar la cantidad pactada con éstos, ya que por lo general la mayoría de las personas regatean el trabajo, y si son recién egresados que se cuiden, ya que no duden que en ocasiones trabajen hasta gratis.

Como sociedad debemos acabar con estas malas prácticas en el medio, debemos hacerle ver a las demás personas que requieran de los servicios de los profesionistas que el trabajo que van a realizar tiene un precio, así como los conocimientos y la manera de aplicarlos también tienen un valor. Estoy seguro que nadie ha ido a regatearle a un doctor por lo que cobra de honorarios. Recuerda que no se cobra por lo que se hace, se cobra por lo que se sabe.