Me muero de ser. Florestán

Le he contado que el Pacto por México es un rehén de los mismos abajofirmantes.

Y que, como ha quedado comprobado en la disputa por el proyecto del IFE que apunta a la coalición electoral de López Obrador, PRD, PT y MC como responsable de rebasar el tope de gastos, todo lo que disguste a los partidos políticos será utilizado como un pretexto para amenazar con levantarse de la mesa, lo que, también le he apuntado aquí, veo solo como eso, una advertencia, pues es difícil que después de todos los elogios y reivindicaciones con que han legitimado ese acuerdo, lo vayan a romper.

Cuando uno lee la agenda de las reformas contenidas en el Pacto, a desahogarse en este primer semestre, aprecia la dimensión y los plazos.

De aquí a las elecciones de julio, deberán haber desahogados aspectos fundamentales en la vida del país, relegados por años, sexenios y gobiernos: la reforma energética y la transformación de PEMEX; los acuerdos de seguridad y justicia, cuerpos policíacos, policías estatales coordinadas, gendarmería nacional, nuevo sistema de justicia penal acusatoria y oral, el código penal único y el correspondiente de procedimientos; la ley de amparo, la eliminación de los testigos protegidos y la figura común del arraigo, el sistema nacional penitenciario; la Comisión Nacional Anticorrupción, la revisión al IFAI; la reforma al Distrito Federal. Los reglamentos a las reformas educativa y política; las de telecomunicaciones: competencia y conectividad en radio, televisión, telefonía celular, transmisión de datos, banda ancha, y a dos entes esenciales en esto: las modificaciones a Cofeco y Cofetel.

Si los dirigentes políticos que suscribieron y reivindicaron como propios los contenidos del Pacto son capaces de romperlo por temas partidistas, habrán desperdiciado una oportunidad que no se volverá a presentar.

Lo que me preocupa es que son capaces de eso y más, ya que siempre van primero sus intereses personales y de partido, y luego los de todos los demás mexicanos.

Lo han hecho tantas veces...

RETALES

1. CANTADO. Era más que previsible el fallo de la segunda sala de la Corte rechazando el amparo otorgado al SME para que la CFE fuera su patrón sustituto y empleara a los l6 mil ex trabajadores de luz y fuerza no liquidados. Hubiera sido un suicidio colectivo;

2. PRÓRROGA. En el IFE estaba ayer el otro foco de atención, pero los consejeros pospusieron una semana la revisión del proyecto de su Unidad Fiscalizadora que señala que la alianza PRD-PT-MC que postuló a López Obrador, fue la única que lo rompió; y

3. ANDO: Juan José Bremer será el nuevo embajador de México en La Habana, en relevo del panista Gabriel Jiménez Remus. Lo de Lázaro Cárdenas no transitó.

Nos vemos mañana, pero en privado.