Veinte días y no hay acusación contra Cuauhtémoc Gutiérrez
Cuesta entender cómo mujeres que se atrevieron a revelar en la radio que él les pedía sexo a cambio de una plaza de secretaria, no lo denuncien ahora.
Tres semanas de linchamiento sin que, según el procurador de Justicia del DF, haya una acusación penal directa contra el ex líder del PRI capitalino Cuauhtémoc Gutiérrez, el “depredador sexual”, como lo llaman en un programa de radio.
Podría ser un escándalo en una sociedad afecta a la presunción de inocencia que se despedace a un hombre en la opinión pública por una grabación con voces distorsionadas y anónimas. Pero como Cuauhtémoc es priista y tiene pinta de maldito, que chingue a su madre, se lo merece, seguro hizo eso y peor.
Cuesta entender cómo mujeres que se atrevieron a revelar en la radio que él les pedía sexo a cambio de una plaza de secretaria, no lo denuncien ahora, cuando todo está servido para triturar al Basuras. “Te lo repito hoy”, me dijo ayer Cuauhtémoc en el Chili’s de Gran Sur. “Es una calumnia, una falsedad”.
¿Quién acusa y de qué tres semanas después a este hombre que no puede evitar que le rueden las lágrimas, ha perdido según él ocho kilos y tiene un severo problema dermatológico en manos y brazos que no presentaba cuando lo entrevistamos el 3 de abril?
Aquel día, César Camacho, presidente nacional del PRI, exigió para no inculpar ni exculpar por anticipado a nadie una investigación judicial efectiva, exhaustiva y pronta. Pues se fueron 20 días y, aparte de un tumulto de tufo inquisitorial, no hay nada de nada de nada de nada. Veinte días de primero destrúyanlo, luego probamos.
Escribe Jorge Volpi en su recién publicada novela Memorial del engaño: “La opinión pública es una hidra de mil cabezas y ningún cerebro”.
Vaya si lo es.