Algunos sitios de internet subieron ayer en la tarde como nota unas declaraciones de banqueta del procurador de Justicia del DF, Rodolfo Ríos. Titularon más o menos así: Cuauhtémoc ya es presunto responsable.

El procurador Ríos expresó, en efecto, algo ya conocido. El 3 de abril, la dirigencia del PRD capitalino presentó ante el Ministerio Público local una denuncia de hechos contra el líder del PRI en el DF, Cuauhtémoc Gutiérrez, por supuestamente operar una red de trata de personas desde las oficinas del partido. Hasta ahí lo que, por cierto, convierte a Cuauhtémoc no en presunto, sino en probable responsable de dichos delitos, y de lo cual está notificado.

Refiero lo anterior porque no es, en modo alguno, lo que apunté ayer en este espacio. Dije que habían transcurrido 20 días sin que se presentara una sola acusación penal directa contra Cuauhtémoc, el “depredador sexual”, como lo llaman en un programa de radio.

Llamé a la Procuraduría del DF ayer en la tarde y me confirmaron que todavía no acude a denunciar nadie que se diga víctima de Cuauhtémoc Gutiérrez. Así las cosas, pasaron 21 días y no hay una acusación individual directa en su contra.

Perdón por parecer abogado del diablo, pero de un lado tenemos unas grabaciones con voces anónimas y distorsionadas, y del otro un dato duro: tres semanas sin que una víctima denuncie por acoso o amenaza sexual al hombre que, de cualquier forma, ya está derrotado y hecho pedazos.

Perdón por repetirlo: en aras del linchamiento, una víctima en esta historia es la presunción de inocencia.