La velocidad del verano

Llega el verano y pareciera que lo natural son los accidentes carreteros y las volcaduras por estallidos de llantas.

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Cuando se está al volante de un vehículo lo más importante es hacerlo sabiendo qué hacer, cuándo hacerlo y cómo hacerlo; esto viene a colación ante la enorme cantidad de automotores volteados, en accidentes graves, cuando se estalla un neumático; y es que, ya lo hemos dicho, al conducir hay que estar condicionado para saber reaccionar ante esta eventualidad; pero más importante es siempre verificar, cuando se va a salir a carretera, la condición de las llantas y, sobre todo, su presión, ya que al estar por debajo o por encima de la presión recomendada se incrementan exponencialmente los riesgos de un estallido.

La reacción lógica ante el estallido de una llanta, sobre todo por su efecto sobre el volante, es pisar el freno, lo que hace perder el control del vehículo, que ante condiciones distintas de agarre de las llantas tiene como resultado las volcaduras. Por esta razón es muy importante tener el acondicionamiento mental necesario para reaccionar como se debe, agarrando firmemente el volante y nunca pisando el freno, hasta que el vehículo va a menos de 20 km/h.

Y a este enorme problema hay que agregar la velocidad a la que mucha gente maneja, muy por encima del límite permitido; el sábado pasado, entre Conkal y Chicxulub Puerto, guiadores de dos camionetas caras iban jugando carreras a más de 130 km/h y muertos de risa, sin considerar el enorme riesgo al que exponían a los demás; imagínense un vehículo a esa velocidad y que le estalle una llanta con un conductor sin destreza. Lo cierto es que para tener eficacia todo conductor debe practicar continuamente estas normas “mentalmente” hasta que formen parte de sus hábitos al conducir, de tal manera que ante cualquier “acción” de peligro aparezca la “reacción” adecuada, con el mismo automatismo con que se reacciona para dar vuelta o rebasar.

Llega el verano y pareciera que lo natural son los accidentes carreteros y las volcaduras por estallidos de llantas. De nuevo insisto: es indispensable no sólo vigilar, sino obligar a todos los conductores a tener el adiestramiento necesario.  Cada día tenemos mejores carreteras y pareciera ser un aliciente al exceso de velocidad, amén de la propaganda de autos que dicen desarrollar velocidades excesivas e inseguras.

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