Viajeros escritores
Comienzo a leer, y descubro que mi imaginación no ha estado alejada del simbolismo manejado por la escritora.
Se dice que Cristóbal Colón llevaba, en su primer viaje por la Mar Océana, un texto titulado El libro de las maravillas del mundo, cuyo autor fue Marco Polo.
En la década de 1980, Teresa Buongiorno publicó la obra El fantástico Marco Polo, en la que nos narra parte de los relatos atribuidos al texto del famoso viajero.
El libro al que hoy me refiero está dividido en un Prólogo, Cuatro partes, y un Epílogo; las partes se denominan: El viento del septentrión, La tramontana perdida, El mar de ámbar, El árbol del sol y de la luna.
Escojo una de las secciones y me detengo en ella, invitada por las imágenes mar y ámbar, que me evocan la luz del sol reflejada sobre aguas tranquilas durante un atardecer.
Comienzo a leer, y descubro que mi imaginación no ha estado alejada del simbolismo manejado por la escritora, pues ella da inicio a su relato diciendo: “El crepúsculo diluía los colores, mezclando el rojo del poniente con el azul del atardecer en un único violeta tenue, un poco melancólico”.
Marco Polo describe, a través de las páginas, su juventud, su vida de comerciante, su vagabundear por Venecia, su mirada que va de los puentes a las góndolas, de las iglesias a los mercados, de las fábricas a las plazas.
Al final de la narración leemos:
“La brújula pierde la orientación…el reino de la fábula los devora una vez más”.
La autora del libro nos dice que las investigaciones en torno a los viajes realizados por Marco Polo aún continúan; el llamado camino de la seda, las rutas de la antigua China, los lugares venecianos, así como las travesías marítimas, conforman la brújula de la vida del escritor viajero, cuya historia fabulada ha trascendido los siglos, en un muy fantástico viaje…por las letras.