Vinyl o la muerte del rock en la tv
La audiencia no respondió a la inversión realizada en Vinyl, ya que durante su estreno la serie apenas alcanzó 760 mil espectadores...
La serie Vinyl fue cancelada después de una temporada al aire. Estrenada en febrero de 2016, poco luego de su episodio piloto de dos horas de duración -que fue dirigido por Scorsese-, la casa productora HBO anunció que habría definitivamente una segunda temporada para 2017.
Pero hacia finales de junio, la sorpresiva noticia de su cancelación corrió como una bomba en los medios especializados. Casey Bloys, nuevo presidente de programación de la cadena, emitía un comunicado: “Después de una cuidadosa consideración, hemos decidido no seguir adelante con la segunda temporada de Vinyl”.
Mick Jagger y Martin Scorsese, creadores y ambos productores de la serie, además de miles de televidentes, quedamos estupefactos. ¿Primero renovada y luego cancelada? Esta acción por supuesto que desató las críticas entre los entendidos del negocio televisivo y las razones para su caída no se hicieron esperar. Que si fue cuestión de unos ejecutivos sin escrúpulos, un sonoro fracaso de crítica ante la prensa u olímpicamente ignorada por los televidentes, son algunas de las especulaciones que se esgrimieron como unas de sus causas.
El proyecto comenzó su paso en la pantalla chica de manera tambaleante. La audiencia no respondió a la inversión realizada en Vinyl, ya que durante su estreno la serie apenas alcanzó 760 mil espectadores, cifra que posteriormente descendió al medio millón en los capítulos siguientes. Según publicó The Hollywood Reporter, el primer capítulo costó unos 30 millones de dólares, cifra que ascendió a 100 millones de dólares, el costo total de la temporada.
Tal y como se planteó en el piloto, la trama gira en torno a Richie Finestra, italoamericano presidente de American Century Records, melómano con un oído privilegiado, cazatalentos y empresario de la industria musical, cuyos problemas personales y profesionales nos llevan en un tour de force por la década de los setenta, donde el sexo, las drogas y rock and roll se hicieron no sólo parte de una leyenda, sino de un auténtico estilo de vida.
Por si lo anterior no fuera suficiente, todo esto viene con una banda sonora inmejorable incluida y la asesoría de nada menos que su majestad satánica Mick Jagger y un cineasta cejijunto llamado Martin Scorsese. Con estas credenciales y salvo el criterio de los ejecutivos, recomiendo que usted se sumerja en esta serie que muestra una época viva en la música, aunque hoy día se haya expedido el acta de defunción del rock.