Vivas se pone muy vivo

Al estilo Armando Manzanero, “por debajo de la mesa” se anda moviendo el titular del Tribunal Estatal Electoral...

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Al estilo Armando Manzanero, “por debajo de la mesa” se anda moviendo el titular del Tribunal Estatal Electoral, Víctor Vivas Vivas, quien podría quedarse desempleado en caso de que a nivel nacional se accione la guillotina para desaparecer de un plumazo los institutos y tribunales locales.

Nos reportan que Vivas se está poniendo muy vivo, decidido a ocupar un cargo de Magistrado Súper Numerario para darle pinochetazo al titular del Tribunal Superior de Justicia, Fidel Villanueva Rivero, quien tendrá la opción de reelegirse el año próximo.

Víctor Vivas maniobra porque la vida burocrática le va en ello, sumando apoyos con grupos influyentes en el poder judicial, como sus ex Magistrados Presidentes Joaquín González Castro y Lizbeth Loy Song Encalada.

Y vaya que lo electoral ya es la especialidad de Víctor Vivas.

Por cierto, hablando de Joaquín González Castro, mucho se extraña su talento excepcional como Senador. Cómo no recordar su desempeño cuando tuvo como compañero de escaño a Mario Villanueva Madrid. Ambos, como se recuerda, protagonizaron una lucha muy cerrada por la candidatura al gobierno del estado a fines de 1992.

Y pensar que González Castro fue candidato de las izquierdas al Senado, en  el proceso de 2012. Pero se le atravesó en el camino la Lady Senadora Luz María Beristain, quien prefirió abandonar la sesión en la que se aprobó el aumento del IVA en zonas fronterizas.

                                   Pánico en el IEQROO

Otro que anda muy agitado es el Consejero Presidente del Instituto Electoral de Quintana Roo (IEQROO), Jorge Manríquez Centeno, quien ahora sí anda activísimo destacando los inconvenientes de prescindir de los institutos electorales locales, dándose a la tarea de colocar ajos en cada zona de acceso del inmueble que ocupa ese organismo en las cercanías del aeropuerto capitalino, para cerrar el paso a los malos espíritus.

El objetivo patriótico: atajar al temible Instituto Nacional de Elecciones (INE) que pone en riesgo su confortable posición burocrática. Y si su cruzada tiene los mismos resultados que el fomento de la cultura democrática para abatir los descomunales niveles de abstencionismo, ya puede darse por perdido.

Y aunque el IEQROO tiene tareas ocasionales en año no electoral –si acaso dos actividades significativas–, el nacimiento del INE tendría efectos devastadores porque el gobierno federal centralizaría el control de todos los procesos electorales, aunque muchos institutos y tribunales locales no son precisamente ejemplo de equidad y juego limpio, ya que sus dados están cargados habitualmente.

Jorge Manríquez debe poner sobre la mesa los frutos sociales del IEQROO a lo largo de estos años, para ofrecer un balance completo.

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