Volver a creer en las instituciones

En el Ipepac, en el cual algunos consejeros están empeñados en “retornar al pasado” más oscuro que daña la democracia...

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

El que durante mucho tiempo hayan quedado sin castigo la corrupción y la utilización de los recursos públicos para convertirse en fortunas personales por parte de algunos líderes políticos, sindicales o sociales ha dejado en los ciudadanos su impronta de frustración o cuando menos de falta de credibilidad que es difícil revertir.

Nos hemos acostumbrado a que sólo excepcionalmente se realice una acción para castigar a quienes desde el poder cometen algún ilícito. De allí que cuando esto acontece –como en el ya conocido caso de la maestra Elba Esther Gordillo–, al sentimiento de aprobación y celebración le acompañe una especie de “sospechosismo” sobre los motivos de tan inusual suceso.

Ajuste de cuentas, venganza por haberse rajado o traicionado, medio de legitimación y otras explicaciones más entran en este contexto.

De la noche a la mañana no se cambia esta percepción, pero tampoco es cosa del otro mundo. Si actuaciones en este mismo sentido de castigar a gente del poder corrupta –aunque sean amigos, o amigos de los amigos– se vuelven algo común y no excepcional, el ciudadano volverá a creer. ¡Y vaya si existe materia para estas actuaciones!

Lo mismo acaece cuando se solapa, permite o nos “hacemos de la vista gorda” ante la actuación desordenada, autoritaria o llena de opacidad de alguna institución.

Y en este tenor en Yucatán tenemos muestra clara en el Ipepac, en el cual algunos consejeros están empeñados en “retornar al pasado” más oscuro  que daña la democracia, a todos los partidos políticos y ciudadanos, pero sobre todo al propósito de transparencia que se ha manifestado en el discurso de este gobierno estatal.

A nadie conviene esto y aunque se diga que es un organismo autónomo algo hay que hacer para corregir y evitar la incredulidad y el “sospechosismo”. Estamos a tiempo

Lo más leído

skeleton





skeleton