La mejor frase que he escuchado en medio del debate sobre la reforma educativa, la evaluación y la Ley General del Servicio Profesional Docente es del profesor Manuel Gil Antón en un video del Colegio de México, donde es investigador.

Dice Manuel que la reforma educativa que se ha aprobado en el Congreso y que tiene a la CNTE movilizada le hace pensar en un camión destartalado, el parabrisas hecho añicos, el motor que hace un escándalo y el escape que arroja humo negro, que transita sobre una carretera de terracería con baches y montículos y, entonces, para solucionar eso, nos obsesionamos en que los choferes estén muy limpios y traigan corbata. Sí. Un poco como lo que quisieron hacer con nuestros microbuseros en el DF, pero con el sistema educativo.

Los resultados de la prueba Enlace, que se acaban de dar a conocer, nos confirman que lo que dice el doctor Gil Antón da en el blanco. Años después de la firma del Acuerdo por la Calidad Educativa de Elba Esther y Calderón los resultados en la prueba son fundamentalmente los mismos. Hay algunas mejoras por aquí, algunas nuevas deficiencias por allá, pero en general estamos donde estábamos y donde llevamos un rato. Seguimos teniendo más alumnos en los niveles “insuficiente” y “elemental” que en “bueno” y “excelente”. Las escuelas privadas, por ejemplo, donde no hay un sistema de evaluación universal y sistemática para los maestros, están mejor que las públicas; tienen menos “insuficientes” y más “excelentes” (Nada del otro mundo, pero mejor). Eso sí, en las privadas en general hay mejor infraestructura, un profesor por grupo, por grado. Salones más pequeños y, en general, jornadas más largas.

El mismo primer Informe del Presidente Peña describe el penoso estado de la mayoría de nuestra infraestructura educativa. A lo largo de todo el debate de este año nadie ha hablado de currículo, materias, conceptos educativos. Las escuelas de tiempo completo siguen siendo las menos.

El conflicto con la CNTE se trasladará en los próximos días a otros escenarios, eventualmente las calles volverán a la normalidad. El gobierno habrá recuperado el control laboral sobre los maestros, que se había cedido al SNTE de Elba.

Tal vez sea tiempo para hablar de educación. O, en palabras de Manuel Gil, de la carretera, el motor, el choche, el parabrisas.