¿Y dónde está Marcelo?
Voy a buscar a Marcelo Ebrard para saber si todavía le interesa la presidencia del PRD. Creo que ya no.
Podría levantar el teléfono para preguntárselo y seguramente me respondería con puntualidad. Pero no me refiero a eso, sino al personaje que desapareció de la escena desde el estallido de la crisis en la Línea 12 del Metro, hace más de dos meses.
Retrotraigo a Marcelo Ebrard porque concluida la elección por la presidencia del PAN es turno del PRD.
Y hasta donde recuerdo, además de Carlos Navarrete y Cuauhtémoc Cárdenas, él es uno de los tres contendientes de peso.
Está por cumplirse un año de la presentación con bombo y platillo del Movimiento Progresista. Parecía un bien elaborado diseño para relanzar a Ebrard después de su exitosa gestión en el Gobierno del DF con un discurso de unidad de la izquierda desde el PRD y oposición dura e institucional al proyecto del presidente Peña Nieto. El Movimiento Progresista, sin embargo, no prendió.
Ebrard difundió en noviembre un manifiesto para la transformación del PRD. En enero insistió a través de una carta en la urgencia de unificar fuerzas y renovar el partido. En fin, ahí iba. Le costaba, pero se movía. Hasta que se anunció el cierre de la mitad de estaciones de la Línea 12, el 12 de marzo, y virtualmente se desvaneció.
Voy a buscar a Marcelo para saber si todavía le interesa la presidencia del PRD. Creo que ya no. O si se va a Morena. Creo que no. O si, como se comenta, está en tratos con el Movimiento Ciudadano de Dante Delgado. Creo que lo recibirían con los brazos abiertos.
Algo estará haciendo. Dudo que su perspectiva sea hibernar. Irse a dormir una larga temporada a una cueva.
Qué desperdicio sería.