La grave irregularidad denunciada por padres de familia de la Primaria Francisco I. Madero, donde los niños son obligados a pagar cinco pesos semanales para el uso de los baños del plantel escolar, expone nuevamente los puntos débiles del sistema educativo, donde los “acuerdos” entre maestros y padres de familia están muchas veces por encima de los derechos de los estudiantes, consagrados en la Constitución.

El Artículo 3ºestablece entre sus principios una educación gratuita y equitativa, lo cual supone el acceso a todos los niños a una educación similar en calidad. Pero el concepto de “equidad” está muy desvirtuado, ya que directores, docentes y asociaciones de padres de familia, muchas veces actúan por la libre, pisoteando el derechoa la educación ante la mirada pasiva de las mismas autoridades.

No es la primera vez que un hecho de este tipo, donde se cobre a los alumnos por un servicio con el que deben contar por ley dentro de las escuelas, se da a conocer públicamente. Las denuncias de abusos cometidos por las “Asociaciones de Padres de Familia” en complicidad con los directores son frecuentes durante el ciclo escolar.

Hay que darse cuenta de la magnitud del negocio: la escuela Francisco I. Madero cuenta con 400 alumnos; si cada uno paga cinco pesos, estamos hablando de  dos mil pesos semanales, u ocho mil mensuales libres de polvo y paja.

Y aunque el presidente de los padres de familia del plantel, José Ramón Puc, argumente que el cobro es un acuerdo con los padres, el hecho es que violenta la gratuidad y la equidad garantizada en el artículo 3º.

Tras la denuncia que demuestra que el “acuerdo” de los padres no fue un consenso general, el delicado hecho ya está en manos de la Comisión de Derechos Humanos y de la Secretaría de Educación, que deben poner una sanción ejemplar para acabar de tajo con estos turbios negocios a costa de los alumnos.

Pacto en el PAN

Previendo una dura contienda por la dirigencia del PAN en el municipio capitalino, el regidor Fernando Zelaya Espinoza, uno de los más fuertes aspirantes, propuso a sus adversarios Antonino ChíYam y Luis Rubio Alamilla, la firma de un pacto de civilidad para que el proceso de elección sea justo y transparente.

La iniciativa de Zelaya Espinoza es sin duda muy necesaria para evitar mayores fracturas en el PAN, ya que el partido quedó maltrecho tras los malos resultados de las pasadas elecciones locales.

Y de esto están bien conscientes los tres candidatos, pues saben que lo menos que necesita el blanquiazul son más pleitos y golpes bajos. Para ganarse la confianza de la militancia este proceso debe ser ejemplar. Por su bien, ojalá que el pacto se firme y se cumpla.