Ayer arrancó la consulta popular en la que se conocerá si los ciudadanos de Jalisco quieren comenzar el proceso de despenalización del consumo de marihuana. 

Decía en MILENIO: “Con la instalación de 79 centros de votación en diferentes puntos de la zona metropolitana de Guadalajara, hoy arrancó la consulta pública sobre la regulación del consumo de mariguana en Jalisco.

El coordinador de los diputados del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Enrique Velázquez González, señaló que, salvo algunos pequeños retrasos, los centros se instalaron sin mayores incidentes. La consulta continuará desde mañana y hasta el próximo 21 de septiembre en otras regiones del estado. De última hora, se abrió también a jóvenes mayores de 15 años. Enrique Velázquez rechazó que se buscará llevar estudiantes de la Universidad de Guadalajara. “Lo que se busca es que quienes ya están en edad de consumo sean tomados en cuenta”.

Dos preguntas hay en la boleta electrónica: “¿Está de acuerdo que en Jalisco las personas que padecen una enfermedad terminal o crónico-degenerativa puedan, en el caso de que un médico así lo recete, tener hasta cinco plantas de mariguana en su casa o 150 gramos de la hierba sin ser molestados por la autoridad?”.   

“Actualmente la Ley General de Salud permite portar hasta 5 gramos de mariguana para consumo personal, sin que ello sea delito. ¿Está de acuerdo que en Jalisco se aumente esta cantidad a 30 gramos?”.

La cosa es seria, la organiza el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana, y aunque los resultados no son vinculantes es evidente que un sí mayoritario presionaría a los legisladores locales.

El ejemplo de Jalisco debería hacer pensar a los legisladores del Distrito Federal, que llevan un par de años debatiendo el tema, si no sería mejor utilizar, por ejemplo, el instrumento de la consulta popular. Eso permitiría saber dónde anda la opinión pública. 

En Jalisco, el gobernador ha dado señales de que respondería no a ambas preguntas. Pero tal vez, según los resultados, dirá sí a la legislación. Todos los políticos quieren complacer a sus votantes.  

Tal vez esa sea la mejor ruta para convencer a Mancera.