¿Y si posponemos la Ronda 1?
Si las instituciones no están listas, tal vez una prórroga podría mostrar al mundo un toque de prudencia por parte del gobierno mexicano.
El precio del barril de petróleo se encuentra en los niveles más bajos de los últimos cinco años. Alentado por una guerra interna entre los miembros de la OPEP, el valor promedio podría caer más (hay analistas que lo ponen en los 40 dólares).
En medio de esta coyuntura global tan poco halagüeña, ¿le conviene a México abrir la Ronda 1 en el primer trimestre de 2015?, pregunté a George Baker, uno de los consultores de energía estadunidenses que mejor conoce los avatares del petróleo mexicano.
“No estamos en un momento favorable con estos precios. Las grandes petroleras que busca el gobierno —alguna de las top 10occidentales— necesitan de proyectos de cierta escala para que sus inversiones sean costeables. Si los precios están a la baja, puede ser que estén debajo del nivel necesario, del mínimo que requieren para decidirse a invertir”, respondió desde Houston.
En la charla surgió un punto importante para la reforma energética, incluso tanto como el precio del barril: la arquitectura institucional que debe estar montada detrás de esta apertura a las empresas privadas.
Para cada licitación se pasarán los proyectos por un grupo tricameral de organismos: la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), el Fondo Mexicano del Petróleo para la Estabilización y el Desarrollo y la Agencia Nacional de Seguridad Industrial y de Protección al Medio Ambiente (ASEA).
“Aún no hay ningún reglamento interno ni en ASEA ni en el fondo, y para la CNH es la primera vez que se le encomiendan
licitaciones con terceros. Si dos de las tres instituciones aún no están listas, tal vez sea una buena oportunidad para el gobierno culpe a los precios bajos y posponga la Ronda 1 hasta que se tenga todo organizado a nivel institucional”, agrega Baker.
Si bien no estaría bien visto a nivel global posponer algo tan cacareado como la Ronda 1 y la verdadera apertura energética de México, la caída del precio del barril puede ser una buena oportunidad para aprovechar esta coyuntura adversa y acelerar el diseño interno de una maquinaria que debe estar aceitada y dar certidumbre y transparencia a los potenciales inversionistas privados.
Si las instituciones no están listas, tal vez una prórroga podría mostrar al mundo un toque de prudencia por parte del gobierno mexicano.