Ya lárgate, Momo

No había necesidad de hacer un Carnaval “alterno” en Paseo de Montejo para que, el último día en X’Matkuil, se viera opacado.

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Unas 3 mil personas, en su mayoría jóvenes, organizaron el martes su “minicarnaval” en Paseo de Montejo para protestar contra las autoridades municipales emanadas del PAN que, en esta ocasión, trasladaron la “fiesta de la carne” a X’matkuil.

El alcalde panista, Renán Barrera Concha, dijo que esta expresión de “protesta” está vinculada a la oposición priista, al menos del Ayuntamiento meridano, para hacer fracasar el Carnaval 2014 en su nueva sede, después de unos 40 años de tener como escenario las principales calles del Centro Histórico de esta capital.

Los “disfrazados” efectuaron su pequeño carnaval en Paseo de Montejo, donde por años comenzó el derrotero de carros alegóricos y comparsas; y allí, los inconformes exigieron al alcalde Barrera que en 2015 regrese esta fiesta a su sitio original. Después de unas tres horas de “pachanga”, los quejosos se retiraron, decenas de ellos ya afectados por el consumo de cerveza y licor.

La politización del Carnaval entre los bandos priistas y panistas se originó por la decisión del primer edil de trasladar la fiesta hasta las instalaciones de la Feria Yucatán X’matkuil, en la pequeña población del mismo nombre, al sur de Mérida y muy lejos del Centro Histórico de la capital. Barrera Concha destinó casi 30 millones de pesos para los festejos carnestolendos, lo que motivó airadas críticas del tricolor.

No obstante, el PRI puso en marcha la operación de pequeños carnavales en colonias y fraccionamientos representativos de Mérida, con el presunto objetivo de que la gente no acudiera al Carnaval mayor, organizado por autoridades panistas.

La neta, qué flojera. En pleno festejo de Carnaval, la grilla barata surgió para demeritar la famosa pachanga anual. No había necesidad de hacer un Carnaval “alterno” en Paseo de Montejo para que, el último día en X’Matkuil, se viera opacado. El tiempo se encargará de poner a priistas y panistas en su sitio.

PRIMERA CAIDA.- Lo mejor de todo este asunto es que el Carnaval ya terminó. Las cifras van y vienen. Los panuchos andan moderadamente alegres y los tricolores, según ellos, satisfechos de la caída del dios Momo en X’Matkuil.

SEGUNDA CAIDA.- Que se alegren los meridanos en general de que, por primera ocasión en unos 40 años, el Carnaval no dejó moribundo al Paseo de Montejo con las espantosas sacadas de estómago de los borrachos, además de sus consabidas “wixelinas” que dejaban apestando varios kilómetros.

TERCERA CAIDA.- Proponemos que en la edición 2015 del Carnaval, los soberanos sean propuestos por el pleno del Cabildo meridano y todos se disfracen de demócratas.

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